—La chupás mejor que mi mamá —le dije. Por alguna razón, esto logró tranquilizarla. Bajó las manos, las posó sobre sus rodillas y me permitió seguir con mi trabajo. Ella me miró a los ojos todo el tiempo, como si no pudiera creer que la pija que estaba chupando fuera la de su propio nieto. Estuve dándole un buen rato, y a decir verdad, lo disfruté. Por más que esto sea solo una parte de un plan Milabro, mi abuela es una mujer muy sexy y cualquier hombre heterosexual disfrutaría de un pete de ella. —Espero que te guste tragar leche —le dije. Volvió a sobresaltarse, porque se dio cuenta de que yo seguiría hundiéndole la pija en la boca cuando llegara el momento de acabar. Intentó chillar y suplicar, no la escuché… ella ni siquiera podía gesticular palabra. Lo que más me fascina de la ex