Última Gota

1806 Words

Al día siguiente se generó una situación que, desde la perspectiva de mis hermanas, se vio algo controversial. Claro, ellas entraron a mi cuarto sin haber visto todo lo que ocurrió antes. Me encontraron con la tía Tamara en cuatro patas sobre la cama, mientras yo le taladraba el culo. La tenía muy dura y estaba feliz de poder metérsela por allí, en especial porque ella acompañaba la culeada con magníficos movimientos de cadera y unos gemidos que erizan la piel. Y ni hablar de cómo se sacuden sus tetas y sus nalgas con cada una de las embestidas. —Ay, sí… sí… dame, dame… rompeme el culo… uy, qué rico… —¡Hey, eso es trampa! —Protestó Pao. Entró acompañada de Jessica, Camila, Milagros y Priscila… seguramente todas fueron atraídas por los gritos de Tamara—. Se supone que Mateo debe ganarse l

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