Después de gemir y gozar con las lamidas de Vanesa durante un buen rato, me bajé del sillón y me puse de rodillas detrás de mi prima. Comencé a acariciar sus nalgas deseando que ella tuviera algún juguetito a mano para poder metérselo... pero no vi nada que pudiera servirme de consolador. Deseaba el culo de Jessica, pero algo me detenía; me sentía una boluda total por estar solamente acariciándolo, mientras ella le hundía los dedos a Laura. Decidí dejar pasar esa oportunidad ya que ella era mi prima y estaba segura de que algún día tendríamos la oportunidad de disfrutar nuestro gran momento juntas, de forma más íntima. Jessica quitó los dedos de la concha de rubia y comenzó a chupársela, yo gateé hasta quedar a su lado, nos miramos brevemente y comprendimos que las dos buscábamos lo mismo