La sesión de fotos con Camila me dejó al palo. Por más que acabé, en mi cabeza seguían resonando las palabras de mi hermana. Nunca la había visto en una actitud tan erótica. Pasé por el living y me encontré a Pao charlando con la tía Tamara, noté que ellas guardaban silencio, como si estuvieran esperando a que yo me fuera. No quise interrumpirlas, por lo que seguí camino hasta mi dormitorio. Allí me encerré e intenté despejar mi mente jugando a algo en la compu. Esto me distrajo durante unas horas, pero de a ratos mi v***a se acordaba de lo ocurrido en el cuarto de Camila y amenazaba con ponerse dura otra vez. Podía pedirle a mi tía que me ayudara con este asunto, pero no me gusta abusar de su gentileza. Como no sabía qué hacer, fui a darme una ducha. Esto de estar encerrado a veces