―Bueno, sí, eso es cierto. Y no creas que hago esto para hacerte sentir incómoda, Brenda. Es que yo me tomo esto con mucha naturalidad. Es decir, me parece perfecto que se hayan pasado toda la noche cogiendo y me alegro mucho por Camila, sé muy bien que ella necesitaba sentirse feliz… y hoy se levantó con la cara de felicidad más linda que le vi en la vida. Y eso es gracias a vos. ―Oh… qué dulce ―Brenda abrazó a Mila, aunque fue un abrazo débil y tímido. ―Sé que las dos deben estar pasando un momento difícil ―continuó Milagros―. A las dos les debe estar costando mucho esto de blanquear sus tendencias lésbicas. Sé que no es fácil. Yo también pasé por esto con una amiga. ―¿Qué? ¿De verdad? ―Brenda parecía muy interesada―. No tenés cara de lesbiana… bueno, en realidad no sé cómo sería la c