Algunos de mis compañeros del club de fútbol me mandaron mensajes quejándose de la cuarentena, porque para ellos se volvió sumamente aburrida. Claro, ninguno de ellos debe compartir su casa con siete mujeres; yo ni siquiera tengo espacio para aburrirme. Donde quiera que esté, casi siempre hay alguien… y ahora es peor, porque empezó la “Cuarentanga”. No sé cómo hizo mi prima Jessica para convencer a mi mamá de que permitiera a las mujeres andar en tanga por la casa, ya que Selene siempre se opuso a eso, por cuestiones de “decencia”. Ahora esa decencia no parecía importarle tanto. Cuando Camila le preguntó por qué había accedido, mi mamá se limitó a decirle que solo buscaba que todos nos sintiéramos cómodos dentro de la casa. Eso puedo entenderlo, tal vez para algunas de las mujeres sea más