•El número veintidós.

1768 Words
Reunión familiar en la cocina. Estoy aquí con Parker, Mo y Britney, ambos les estamos comentando lo que sucedió hace unos minutos con papá. Mi hermana parece estar tranquila pero sé que por dentro solo quiere gritar, golpearnos y clavar sus tacones en nuestros ojos. —Tranquila, se lo explicaremos y entenderá, lo sé. Le dimos una lección a un patán que lastimó a su dulce y pequeña hijita. —¡¿Crees que lo entenderá?! —sostengo mis sienes dándole masajes circulares. Definitivamente me espera un internado, mierda estoy en problemas. —Tranquila, yo lo arreglo. Papá jamás se molesta conmigo, es mucho más compresivo que contigo, mira. Brit toma su teléfono y marca al número de papá, ella sonríe confiada hasta que la llamada es rechazada, al instante le llega un mensaje y lo lee en voz alta. "Contigo tampoco quiero hablar, Britney Elizabeth Dalleris. Ya verás." —Bien, nos castigarán hasta el año 2035. —Estúpido Sawyer —entorno mis ojos. Los chicos se habían ido, tenían el precalentamiento antes del partido de esta noche. Que dicho sea de paso ya deberíamos estar preparándonos para ir alentarlos a la tribuna. —Tranquilas, luego llamaremos a su padre, hablaremos con él y aclararemos la situación. Estaremos con ustedes —Mo presiona nuestras manos dándonos su apoyo incondicional. —Mo, papá no quiere ni oír nuestra voz —le recuerdo. —Debo alistarme para animar en el partido —mi hermana tiene ambas manos en su cabeza—. Debo ir, tu deberías quedarte en casa y evitar que te vuelvan a encerrar en un internado o algo peor. La miro confundida ante sus palabras, ya lo dije no soy una chica de partidos escolares pero no quiero perderme éste por nada en el mundo. Le prometí a los chicos que iría a verlos, es más ya reservaron los asientos y compré un ridículo guante gigante de esos que tienen un dedo arriba. No me perderé el partido. —Si, bueno eso no pasará, iré de todos modos. —¿Vas a provocar más enojo en tu padre solo por un partido escolar? —Parker me mira incrédulo. —No es solo un partido escolar, es el primero de la temporada. —¿Desde cuando te importan estas mierdas? —Leighi, enserio estoy conteniendo todas mis ganas de golpearle el rostro en este momento, copera. Desde que llegaste no paras de preguntar la misma mierda "¿Desde cuando?" —me está irritando demasiado el temita de que Parker no supera que tengo amigos. —No preguntaría eso si no fuese porque cada diez minutos contigo me entero que hay algo nuevo en ti. —Se le dice crecer, pruebalo te hará bien. —¿Disculpa? —Lamento interrumpir la discusión de pareja —se entromete Brit—. Enserio no creo que sea buena idea que vayas, pero de todas formas papá no está aquí. —Además estaremos en la escuela —apoya Mo—. Sólo no debe saberlo. —Lo diré una vez y espero que quede claro —las señalo a ambas—, me importa un carajo lo que Mateo diga. Iré a ese estúpido partido. Hablamos sobre algunos detalles que no debíamos decirle a papá y cada quien tomó su camino para alistarse, esta noche solo importan dos cosas: los chicos y patear el trasero de Frendfurg. Parker se fue a su casa haciendo rabietas y lanzado indirectas hacia mi "nueva personalidad", solo lo ignoré. Mo, mi hermana y yo cada una a su habitación, quedamos en que dentro de veinte minutos debemos estar en el Jeep para irnos. Es un partido escolar ¿que se supone que debo ponerme? Como no tengo idea de moda y buen gusto-según Britney-solo uso unos short's, una remera algunas tallas más grandes en color n***o y mis Jordan Nike. Un mensaje hace vibrar mi teléfono, es Noah avisando que el partido comienza pronto y que ya nos reservó la primer fila para todos nosotros. Las tres ya listas salimos de casa, Brit conduce por ser mayor de edad y tener licencia. Mo insistió en pasar por Parker a su casa para llevarlo con nosotras, realmente no estoy muy de acuerdo porque sé como se pondrá, pero de todas formas mi hermana se dirige a su casa. A regañadientes acepto venir solo porque mi prima lo presionó lo suficiente como para doblegarlo, va en los asientos de atrás con su cara más amargada que tiene y cada tanto me cruza miradas ácidas por el retrovisor. —Vamos Leighi, ponle entusiasmo —entorno mis ojos. —Es un estúpido partido de preparatoria. ¿Desde cuando te importan estas mierdas? —Desde que mis tres nuevos amigos están en el equipo y cuentan con nuestro apoyo. Parker suelta una risa seca, sarcástica. —¿Dónde está mi mejor amiga que no la encuentro? —Las cosas han cambiado, acostúmbrate. [***] Ni bien llegamos al campo de juego mi hermana desapareció, tenía que ir a cambiarse de atuendo para alentar al equipo con las porristas. En nuestra tribuna se vive la adrenalina, la emoción, el fanatismo. Hay bombos y platillos, trompetas, carteles, banderas con el logo de Los Lobos de West High. Jamás creí asistir a uno de estos partidos y algo me dice que no será el último. Noah viene trotando desde el centro y se cuelga en las vallas para quedar frente a frente conmigo. —Creí que no vendrías. —¿Y perderme de ver como te rompen el trasero? —sonrío. —Créeme bebé, varios traseros se romperán hoy y ninguno con el apellido Steven. Noah pellizca mi nariz seguido de sacudir mi cabello despeinandome aún más. El entrenador le grita que vuelva o se arrepentirá de hacer que lo venga a buscar, Noah le hace una pequeña seña y se gira a mi una vez más. —Y recuerda que hoy tenemos nuestra cena en el parque de amigos, muy amigos. Dicho eso se larga a correr al campo de juego nuevamente, me coloco mi guante gigante en la mano, estoy emocionada. No entiendo porque no asistí antes a estos eventos, el sonido de los bombos, la gente gritando, la tensión en el aire se siente y mi instinto competitivo se comienza a despertar. Amo la adrenalina que me genera esto. —Primero te vuelves una especie de nerd aburrida y correcta, segundo vienes a partidos escolares completamente sobrevalorados —Parker enumera sus dedos—, y tercero ¿Tienes citas con deportistas populares? —¿Que no oíste? Es una salida de amigos muy amigos. —¿Qué demonios hiciste con mi mejor amiga? —Leighi se deja caer en su asiento, fastidiado y molesto. Parece un niño de seis años regañado y caprichoso. —Me estás hartando ¿Sabes? —Si, el sentimiento es mutuo. Lo ignoro por completo, ya estoy cansada de sus planteos. Mi vista choca con la de Peter que al verme me sonríe y me lanza un beso. Apenas puedo leer sus labios diciendo "Deseame suerte" y, obviamente, se la deseo, de todo corazón. Fred está calentando, al verme me guiño su ojo y le devolví una cálida sonrisa. —¡Fanáticos y fanáticas del fútbol americano, bienvenidos al primer partido de la temporada! —la voz del director suena en todo el campo a través de los altavoces que nos rodean—. En esta ocasión nuestros Lobos de West High se enfrentarán a Los Alcones de Frendfurg... Liam llega a nosotros con unas gaseosas y palomitas de maíz. Él vino junto con Noah y fue quien se quedó a cuidar nuestros lugares. —¡Hey! Despacio, te vas a ahogar —ríe al verme comer tan desesperada. —Tenía hambre —hablo con la boca llena. —Alai, vas a morir ahogada por palomitas de maíz. Estábamos bromeando lo más bien cuando Parker se pone de pie y comienza a salir de las tribunas, alejándose de nosotros. Mi primer pensamiento fue ir detrás de él, pero luego opté por no hacerlo. Esta noche solo me importan los tres idiotas que están en el campo, calentando y con el culo temblando de nervios. Si Leighi quiere hacerse la damisela ofendida, pues es su problema, no correré detrás de él. No en esta ocasión. —¡Demosle un fuerte aplauso a nuestro equipo de animadoras! ¡Las Lobas de West High! ¿Es enserio? ¿No tenían un nombre al menos un poco más original? Chicas con uniformes rosa y blanco salen corriendo de los vestidores, agitando sus pompones, sonriendo mucho y ubicándose para hacer la muestra de su rutina. Mientras ellas se acomodan dirijo mi vista hacia Noah. Esta noche brilla más que cualquier estrella. Está riendo junto con algunos chicos del equipo, él es el mariscal. No dejo de verlo, por más que quiera o intente ver a mi hermana mis ojos no se corren de él y por esas casualidades sus ojos también se clavan en mi. Nos miramos unos instantes, con estúpidas sonrisas en los labios. El show comenzó. Las porristas hacen mil trucos, vuelan por los aires, hacen triples mortales, vueltas en el aire y cosas que ni se como describirlas. Al tiempo antes de que terminen su rutina la música se para, ellas corren, se afilan y agitan sus pompones. Es entonces que Britney toma el megáfono para hacer escuchar su voz. —¡Es un completo gusto y placer darle la bienvenida aquí, ahora, en este instante a nuestra capitana del equipo! Mo filma, Liam grita y aplaude, la multitud enloquece. —¡Ganadora de la competencia internacional de gimnasia artística! —mi hermana continúa con su papel de representante —¡Destiny Williams! La fila de animadoras grita y lanza sus pompones al aire. Y ahí aparece ella, con su cuerpo bronceado, sus ojos azules, su perfecto rostro, curvas peligrosas y sensuales. Saluda a ambas tribunas, se une a la coreo donde bailan durante unos minutos más. —¡Esa chica es genial! —grita Mo. —¡Sin dudas! —apoyo. La coreografía termina, todo el campo aplaude, grita, chifla y alaba a nuestro equipo de animadoras. Sin querer veo a la castaña, capitana del equipo, salir corriendo hacia el otro lado, donde estaban todos los chicos listos para patear traseros Frendfureanos. Ella saluda algunos pero veo el momento exacto en el que se cuelga del cuello del número veintidós y le planta un beso en los labios, lleno de desesperación y sentimiento. El chico está de espaldas, pero lo reconozco por el nombre en su espalda. Steven.
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