Propuesta indecente
— Maitane desde hoy irás con Alberto hasta la oficina, estarás acompañándolo en todo, te vas a convertir en su sombra.
La muchacha respondió:
—¿Eso para que, mamá?
— Porque tengo un plan qué va a beneficiar a ésta familia— dijo la mujer.
— ¿Qué plan señora Selena? No me gusta cuando tienes esa mirada, te conozco y sé que algo oscuro se te está ocurriendo.
— No deberías hablarme así, no es nada oscuro Mai, como te dije, las dos saldremos beneficiadas.
— ¡Si no me dices nada, no me moveré de aquí!
Selena le agarró la cabeza con ambas manos y la sacudió con violencia:
— ¿Por qué eres tan terca?
—Por qué usted mamá, no es confiable, así que hablas o no te ayudo en lo que deseas.
— Está bien, te lo diré, ¡pero debes promete que vas ayudarme en todo lo que te pida!
Ésta vez Maitane, tuvo que ceder, pero antes puso una condición:
— Prometo ayudarte, pero sólo si me beneficia en algo, si no, no cuentes conmigo.
— Siempre sacando ventajas de lo que te pido Mai.
— También tú sacas ventajas madre, si no no en estuvieras pidiendo ayuda en no se qué cosas que se te haya ocurrido hacer, ¡habla de una vez!
Selena suspiro y se decidió a decir:
— Alberto me dijo que se iría de casa, pero yo no deseo que se vaya, le propuse que sólo me voy a divorciar si acepta casarse contigo.
— ¿Queeé, estás loca!? ¡Es tú pareja mamá!
— ¡Tú crees que no lo sé! Pero si sucede él se va , nos quedaremos en la calle, tus dos hermanos sufrirán por no tener a su padre cerca, en cambio si tú eres su esposa, él estará obligado a estar siempre cerca, él lazo de conectividad no se romperá.
— ¡Mamá, me parece súper descabellada esa idea tuya, Alberto es mayor que yo, además de que es tú pareja! ¿Qué van a pensar los demás de mí?
— ¿Qué importan los demás? ¡Sólo debe importarte nuestra estabilidad económica, somos tú familia!
— ¡Por éso es que es una locura, tú marido es mí familia!
— ¿Vas a venir con estos remilgos ahora? ¡Sé que te gusta mí marido! ¡Me doy cuenta de las miradas entre ustedes, tú también le gustas a él, sólo te ayudaría a que tengas al hombre que deseas en tú cama!
— Mamá, ¿te estás escuchando?¡ Yo no estoy enamorada de tú marido, no niego, es un hombre guapísimo, pero es tuyo no mío!
— ¡Soy una mujer experimentada Maitane, sé que tú le gustas a él, a ti tampoco te es indiferente, podrías dormir con él, embarazarte, se casan, podemos compartir a ese hombre que tanto te gusta!
— ¡Pienso que ésto es una locura madre! ¡Creo que te has vuelto loca por los celos!
Ese hombre no es un juguete para compartir entre tú y yo, ¡es tú marido!
—¿También podría ser el tuyo Maitane? ¡Piénsalo bien!
Maitane Albarracín era una chica de 18 años, rostro muy bello,hermoso cuerpo, cabellera abundante y oscura, que caía en rizos perfectamente hechos hasta la mitad de su espalda, ojos color azul profundo, cintura muy estrecha, continuaba una cadera perfectamente moldeada en forma de corazón, nalgas abultadas sin llegar a la exageración, piernas largas y muy bien torneadas, era un espectáculo de mujer a pesar de su corta edad.
En ésta chica pensaba Alberto, desde que la vió cómo se convertía en una mujercita, sus ojos no dejaban de mirarla, más de una vez su mujer quien era la madre de ella lo sorprendía y le reñía constantemente llena de celos.
Había conocido a Selena en la oficina de la empresa recolectora que era propiedad de su padre; ella era una secretaria más, pero a él le había gustado, ella tenía 30 años y una niña de 11, empezaron a salir, tres meses después estaban viviendo juntos, pronto empezaron las peleas, su mujer era una celópata, cualquier persona era un enemigo para la relación.
Él tenía 28 años, era menor dos años que su mujer, pronto tuvieron dos hijos, una niña y un niño, que habían nacido de una sola gestación, eran gemelos, ésto la calmó por cierto tiempo, pero nuevamente un tiempo después empezó con los celos por cualquier situación.
A los quince años de la hija mayor notó que la muchacha era demasiado bella, su corazón dió un vuelco al darse cuenta que le gustaba más de lo que él estaba dispuesto a aceptar, pero se mantuvo incólume sin faltar el respeto a su mujer.
Pronto se dio cuenta que la muchacha también lo miraba diferente, él obviamente no era el padre, pero ella lo miraba con mirada de mujer en celo, eso le calentaba la sangre y se descubrió un día deseándola como mujer, Selena se dió cuenta que él había cambiado su ritmo s****l con ella y ésto la volvió más posesiva.
Lo acusaba constantemente de que él tenía otra mujer, le adjudicaba amantes de cualquier tipo, pero él solo tenía ojos para la hija de ella, Maitane, soñaba haciéndole el amor, se había convertido en una obsesión, tenerla cerca era un martirio constante.
En medio de una pelea con Selena ya no aguantó más y le dijo que se iría de la casa, lo mejor era separarse de aquella mujer enferma de celos, así también se alejaría de aquella chica que se había metido no sólo en su mente sino también en su corazón, amaba a Maitane como jamás amó a alguien más.
Pero sólo pensarlo le daba vergüenza, era la hija de su pareja era prohibido para él amar a aquella muchacha, además de llevarle 15 años, aunque ese era el menor los de los obstáculos.
Después de bajar el ardor de aquella pelea con su esposa, él y ella se sentaron a hablar como los adultos que eran.
—Selena lo mejor es terminar con ésta relación de pareja, ya no soporto una pelea más, nuestros hijos están creciendo en medio de gritos e insultos, yo no deseo eso para ellos, voy a buscar un lugar para mudarme de casa.
— ¿A dónde te irás?
— Voy a irme a otra ciudad y así alejarme para hacer más fáciles las cosas para tí.
— Tengo una mejor idea Alberto, sé que te gusta mí hija, te propongo que te cases con ella, así no te alejas de tus hijos, podrán verte siempre.
— ¿Te has vuelto loca Selena? ¡Maitane es tú hija!
— Lo sé, pero también sé que te gusta y por eso te quieres alejar, soy mujer, querido y veo cómo la miras, ella será tú esposa y así estas cerca de mis hijos, si no, no pienso dejar que te vayas, ¡antes te mato!
— ¡Deja de decir idioteces! ¿Estás tomando una decisión sin hablar con ella? ¿Acaso ella te ha manifestado que desea ser mí esposa?
—Ella hará lo que yo le pida, no le queda más remedio que obedecer, además tú también le gustas a ella.
Él abrió los ojos por la sorpresa y dijo:
— Selena, sería una aberración a los ojos de la sociedad ese matrimonio.
— A mí, la sociedad no me da de comer, solo piénsalo Alberto, tendrás a la mujer que te gusta y yo tendré al padre de mis hijos y todos felices.
— No sé qué decir, me parece una locura tú propuesta, la verdad, hoy mismo pienso mudarme de casa, no deseo seguir peleando contigo, buscaré un lugar donde vivir.
Selena al ver que el hombre sé iría sin darle una respuesta dijo:
— No te vayas aún, le propuse lo mismo a Maitane y aceptó gustosa ser tú mujer, ¿vas a despreciar a mí hija? ¡Sé que te mueres por ella, acepta, ella está dispuesta a ser tú mujer desde hoy mismo, te desea al igual que tú la deseas a ella! ¡Después viene lo del matrimonio!