Me lanzo en la cama, mirando el techo, con el corazón latiendo incesante. Giro el rostro a mi buró, donde se encuentra mi aparato de placer. Abro el cajón con mi mano, mordiendo mi labio, mirándolo mientras maquino si estaría bien hacerlo «pensaría en él, en la foto…en todo lo que podría hacerme» pienso, tratando de convencerme de que no es una mala idea y de que todo se acabará en cuanto obtenga el orgasmo. Lo tomo en mi mano, decidida a acabar con la frustración que me ha provocado el estúpido y sensual Logan. Enciendo el aparato, que por suerte, es de carga, comienza a vibrar, mientras mi pecho sube y baja excitado. Rozo el aparato por mi vientre, hasta encontrarme con el bordillo de mi pantalón, lo deshago, abriéndolo. Introduzco el vibrador entre mi ropa interior de encaje, encontrá