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Relato de Maral Llegar a la habitación me hace sentir tan pequeñita, siento que el mundo se me desmorona a mi alrededor y no tengo fuerzas para hacer nada, mirar a mi hermano que no para de llorar es suficiente para destruirme. Había tanto que Bruno quería compartir con Said, los vídeo juegos, ésta habitación... y ahora estamos aquí los dos solos, llorando porque no está. Nos acostamos juntos, abrazados entre sollozos. Aún no aceptó la pérdida de mi hermano y creo que jamás lo haré, nos quedamos acurrucados un largo rato, mi hermano no ha parado de llorar y yo necesito ser fuerte para él. Abrazada a él hasta que el silencio llena la habitación. Bruno después de llorar tanto por fin se ha quedado dormido. Me levanto cuidadosamente a darme una ducha para prepararme, cierro la puerta