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Katina se cuela entre la gente hasta que ve a Damián con traje a su medida esperando a Maral. — No puedo creer que llegaras a caer tan bajo como para conseguir una esposa de última minuto — susurra la misma mujer que se ha presentado como hermana menor. — ¿que haces aquí? - pregunta sin perder de vista la puerta por donde Maral debe salir. —escuché al viento y al parecer ¿te casas?. — no recuerdo haberte invitado. — y lloré a mares no lo ves — sonríe con sarcasmo. — no intervengas Katina... — sabes... entiendo que estés dolido con Renata, pero casarte?, ¿O lo haces por el dinero?, ¡claro la herencia! — no intervengas, no lo diré de nuevo — advierte molesto mientras la fulmina con la mirada. — eres tan sexi cuando te enojas — sonríe acercándose a él aún más bajando su mano por el p