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Alguien tan malo y cruel no puede sentir piedad por algo insignificante. Baja su mirada y vuelve a ver por la ventana con ese movimiento impaciente en su pierna y su constante revisión del teléfono, me va a volver loca. Temo lo peor, rezo y rezo, esperando que sea lo que sea que hubiese pasado con mi hermano se solucione al momento de llegar nosotros . Apenas bajo del auto entro corriendo hacia la habitación de mi hermano. No tengo paciencia para esperar el ascensor. Se me hace eterno esperar que ese 10 esté en cero que corro tanto como mis piernas me lo permiten por las escaleras. Llego al piso 3 dónde está mi hermano, trato de tomar aire y caminó por el pasillo esquivando las personas casi caigo al suelo por la falta de aire, pero alguien, el hombre de ojos azules tras de mí me s