—Adelaide estuvo tres días en ese lugar —Continúa diciendo Irene cuando se da cuenta de que Egil no contesta nada—. ¿Por qué permites que ella reciba un trato tan degradante en esta casa? Es tu esposa, Egil, la señora Arrabal, la mujer más importante de la familia. —Ella no es nada de eso que mencionas, tía. —La respuesta de Egil deja anonadada a Irene—. Te prohíbo que te metas en mis asuntos con ella y con los tratos que recibe por órdenes mías. Esa mujer no es nadie aquí y nunca lo será. Es solo la sustituta que Bahram Valencia me envió para remediar el deshonor de Nadia. Aquí no tiene ningún apellido, no es nadie y cualquier sirviente tiene mayor valor que ella —La voz de Egil suena tan fría y agria que consigue estremecer a su tía. Egil descarga sus frustraciones de estos días despo