Capítulo 49. Nunca fue fácil

1105 Words

En la habitación principal de la hacienda Arrabal, Egil toma su tercera copa de vino antes de darle el pase a Ana Lupot. Adelaide mira a la joven y un sentimiento extraño se apodera de ella. Está hermosa. —Por favor, siéntate —Ordena Egil luego de saludarla con un beso en su mejilla. Adelaide se estremece al ver la forma en que él la trata. Hace un asentimiento hacia él e intenta salir, pero Egil se lo impide. —No dije que podías retirarte —Adelaide queda estática en la puerta—. Usted se queda. —Puedo volver cuando hayan terminado de cenar —La joven intenta encontrar un motivo para irse. —¡Dije que te quedas! Quiero que nos atiendas. Adelaide se da vuelta y asiente. Sabe que no le queda de otra que acatar las órdenes de su esposo, pero si le diera a elegir, preferiría no mirar nada d

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