Lilith viene corriendo al oír la conmoción y ordena que Petra sea llevada y encerrada en su habitación, mientras una de las sirvientas ayuda a Ana a levantarse de la tina a esperar que la doctora la atienda. Las primas de Egil vienen también alertadas por el griterío que se forma y encuentran a Ana con heridas en la cara y una gran mancha de sangre saliendo de la parte de atrás de su cabeza bajando por su espalda. Lilith ordena a todas que se vayan a sus habitaciones y manda llamar a la doctora urgentemente para que atienda a la joven. —¿Cómo se encuentra la señorita Ana? —Lilith, preocupada, pregunta a la doctora que ya hizo las curaciones correspondientes y pidió que ella sea trasladada a la clínica para su observación. —La herida de su cabeza es grande, señora, pero ya la suturé. N