Capitulo 11.

1041 Words
Una vez que la presencia del marqués de Valentino no se encuentra en los alrededores, una temblorosa y temerosa Olivia llega casi arrastrándose hacia sus aposentos, con el llanto atorado en su garganta y con la respiración agitada, siente como su corazón pareciera salirse de su pecho, le duele respirar, pero debe hacerlo. ¿Es así como debería pasar sus días hasta el día de su muerte? ¿Esta era la vida que tendría que llevar si asumía su papel como futura reina del reino de Escalante? No sabía si podía soportarlo. Lo peor es que, ella no tenía esperanza alguna de que las cosas cambiaran. (…) Para Emiliano, el rey del reino del Oeste de San Carlo, las cosas habían sido bastante distintas y es que, paso de ser el mejor aliado del reino Sur a ser su enemigo público número uno, y todo esto, gracias al marques de Valentino, aquel que, en su vida pasada y en esta le estaba haciendo las cosas más difíciles, si bien es cierto que el tiempo volvió hacia tras desde esa fatídica noche donde se celebraría su boda y la misma se había convertido en su peor pesadilla. Cuando los miembros de la realeza de la familia de San Carlo usaban el hechizó mágico del tiempo, las consecuencias y el curso de las cosas se veían afectados y no recordaban nada hasta tiempo después, Emiliano volvió a la época en la que tenía que asumir todas las responsabilidades de un joven de su edad, lo que significa que nunca conoció a Olivia y su matrimonio jamás se concertó para el bien y el futuro de ambos países, contrario a eso, Emiliano debió asumir el trono de San Carlo ni bien cumplido la mayoría de edad, a pesar de ser un rey joven, nunca se le permitió decidir sobre el futuro de ambas naciones y la paz entre ambos. Por lo que, en el reino de Escalante, se corrió la voz de que en el reino de San Carlo se practicaba la magia negra, pues cosas fuera de lo común sucedían ahí, lo que significaba que sus ciudadanos no deseaban tener algo que ver con ellos, sobre todo para el Marques de Valentino y así, la rivalidad que en varias ocasiones llegaba a convertirse en una guerra, azotada por una gran tensión, hizo que el curso de las cosas cambiara para siempre. Aquella era la consecuencia de la que hablaba la diosa que regía el orden el reino de San Carlo, algo que Emiliano tenía que arreglar a como se diera de inmediato, cabe destacar que tanto la personalidad de su amada Olivia y la del mismo Emiliano cambio bastante. Olivia dejo de ser una joven apasionada que gozaba de la libertad de decidir sobre su propio futuro, una joven princesa que conoció el amor y que estaba rodeada del mismo a donde sea que fuera. Todo eso se perdió para que ella se vuelva alguien temerosa, que debía estar bajo las órdenes de los demás y que ahora, dudaba si continuar con aquella vida que se le fue concedida. Emiliano por su parte, en su primera vida fue un joven líder al que se le fue escuchado por ser tan inteligente en lo que hacía y por supuesto por destacarse en actividades físicas, políticas muy avanzadas para su edad, uno que mostro interés la paz de ambos países, y por eso, estuvo de acuerdo en el matrimonio con Olivia y fue entonces cuando ambos se enamoraron perdidamente. Pero ahora, la vida le había dado una dura lección a Emiliano, quien detestaba la idea de ser rey y de seguir ordenes, por supuesto, la idea de comprometerse con alguien, así, es como el futuro rey de San Carlo, se escapaba con leve frecuencia de sus deberes reales, yendo hacia el país con el que su pueblo tenía tantas diferencias. Parecía cosa del destino. Porque ahí fue donde la vio. Emiliano de San Carlo, después de años llevando una vida que el sentía no era la suya, se topo con la mujer que tanto amo en su primera vida, Olivia. En un baile en honor a la princesa quien cumplía finalmente la edad de 26 años, la edad perfecta para casarse, ser madre y por supuesto, convertirse en la reina del país Sur de Escalante. Fue entonces, cuando los abrumadores recuerdos de su primera vida lo azotaron, ¿Por qué solo a él? Bueno, la respuesta era clara, Emiliano oculto su apariencia, sus rasgos físicos delatarían de inmediato que era el país que tanta rivalidad llevaba con el suyo, por lo que, Olivia no pudo si quiera conocerlo. Emiliano se dio cuenta de la triste y melancólica mirada que portaba la princesa del reino Sur, una que pareciera nadie darse cuenta. Los sentimientos en el pecho de Emiliano eran muy confusos, se sentía perdido y el nudo en su garganta lo hacia experimentar niveles de ansiedad que jamás había experimentado. La cosa empeoro cuando Emiliano se topó también con el marques de Valentino, quien iba de la mano de la mujer de mirada triste. Inconscientemente, apretó muy fuerte su mandíbula al igual que sus puños que casi se volvían blancos. —Su majestad, ¿está todo bien? Parece muy tenso. —Uno de los acompañantes de Emiliano, su escolta de confianza lo mira con atención, percatándose de que algo andaba mal, no es como que fuera ciego. El rey era de estar relajado, sin embargo, cuando algo le incomodaba, desprendía un aura bastante distinta. —Nada esta bien Stephan, vámonos de inmediato. Tengo que pensar muchas cosas. —Stephan, asintiendo con la cabeza, hace todo lo posible para que las cosas intenten mejorar, no hace mas preguntas y solo se encarga de cumplir las órdenes de su rey y mejor amigo desde la infancia. —Volveremos pronto, tenlo por seguro. —Murmurando por lo bajo, Emiliano no aparta la mirada del Marques de Valentino, desea venganza. Pero, al mismo tiempo, observa a la princesa, quien para estar celebrando su fiesta de cumpleaños, no esta nada contenta, y mas bien su mirada perdió su brillo. El sentimiento de enojo, desprecio y tristeza lo hicieron comprender en que debía de buscar respuestas rápidas, cueste lo que cueste.
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