—Veo que le tiene mucho aprecio a su dama de compañía. —El marques sonríe y esto no le agrada para nada a Olivia, quien siente escalofríos recorrerla por todo su cuerpo. —
—Es correcto, me pondría muy triste si ella estuviera lejos de mi o si tan solo algo le llegara a pasar, es cierto que una princesa debe desconfiar de todo y todos, pero, Melanie es importante para mi desde que tengo memoria. —El marques eleva una ceja, entonces sabe que no puede hacerle nada, Olivia ha salvado a su fiel dama de compañía por ahora y le alivia bastante que, el marques no hará nada en su contra.
Olivia cae en cuenta ahora que está a solas con el marqués, quien, estaba a pocos pasos de ella, y por la manera en la que la miraba, sabía que sus intenciones eran otras, no era secreto para Olivia que el marques deseaba poseerla, así ella lo deseara o no, pero, ella había hecho cuanto ha podido para evitar que el día de su boda llegara. No sabe que decir ahora mismo, logro evitar que su dama de compañía desapareciera o que sabrá el cielo pudiera sucederle.
Sin embargo, quien se encuentra en peligro no es Melanie, es Olivia.
—Princesa, cuanto anhelo que seas mi esposa. —El marques lleva su mano hacia el rostro de Olivia y ella detiene completamente su respiración, es la primera vez que el marqués de Valentino se acerca tanto a ella, su tacto no es como imagino, del tipo rustico que lastima, mas bien, es suave…pero, al mismo tiempo, le desagrada, pues parece quemar, Olivia siempre ha sabido de las intenciones del Marques, sabe que no la ama, que ni siquiera la quiere, pero, la necesita para tomar el trono de Escalante, lo ha sabido desde el primer momento en el que lo vio, y por supuesto, sus sospechas se volvieron realidad en el instante que, escondida, lo escucho hablar hombres de la alta sociedad en el país. —¿Acaso no te sientes emocionada? Supe que has estado encerrada en tu habitación, ¿son acaso nervios de novias? —Olivia traga saliva.
—Quizás…sea posible. —Murmura ella, sin poder dejar de mirar sus ojos, los mismos que la hacen temblar de pies a cabeza, el corazón de Olivia late de manera apresurada, no sabe que le pasa, pero, la constante sensación de peligro cada que el Marques de Valentino se le acercaba, sentía que el aire se le iba de los pulmones y como parecía que su vista se nublaba.
Es como si él hubiera sido el responsable de algo que hace sentir miedo a Olivia, como si este… le hubiera quitado la vida.
Negando con la cabeza y alejando esos pensamientos, Olivia vuelve en sí, se apresura a tomar la mano del marques con delicadeza, pero tan pronto como puede, ella se aleja unos pasos.
—No es necesario que te alejes, princesa…Pronto serás mi esposa, y este tipo de cercanía es normal entre los dos. —Le dice el marques con insistencia, a lo que Olivia solo puede asentir con la cabeza, muerde su labio inferior y sus ojos se cierran por unos segundos, tal vez, si piensa en otra cosa, el miedo no la estaría dominando.
El recuerdo de Emiliano aparece en su mente y con este, el sentimiento de paz y seguridad. Olivia abre sus ojos y siente como su rostro se siente ligeramente caliente, el marques que observa el rostro de su prometida no puede decir a ciencia cierta porque de pronto el rostro de la joven mujer se colorea en un suave rojo, ni porque sus ojos brillan de manera extraña, pero, él sonríe pues parece que su presencia ha hecho efecto en su prometida.
Si tan solo supiera que ella estaba pensando en otro hombre.
—Aun así, si alguien nos viera así. —El marques levanta una ceja. —Mi honor como princesa se vería afectada gravemente. —Olivia que quiere poner alguna excusa para que así el marques se mantenga lejos, solo quiere irse de ahí lo más rápido posible.
—Tenga en cuenta princesa que eso dejara de importar y luego, podremos hacer lo que marido y mujer están destinados. —Responde el marques con autoridad y con la misma autoridad toma la mano de Olivia para plantar un beso en sus dedos, ella se ha quedado petrificada, un simple acto como este, la hace temblar de miedo, y los ojos del marques no la ayudan mucho que digamos.
Siente que no puede respirar.
—Nos veremos en la fiesta de esta noche, supe que hay un invitado especial y que usted se encargara de que su estadía sea agradable aquí. —El marques suelta y baja la mano de Olivia muy lentamente. —Sin duda hace los deberes de una princesa, sin embargo, Olivia, debo decirle que soy celoso. —Revela el marqués.
—¿Que me quiere dejar dicho, Marques? —Pregunta aun sabiendo la respuesta que le daría su futuro esposo, y aunque pareciera que el marqués de Valentino del tipo celoso, hay que recordar que Olivia no conocía del todo a su prometido.
—Significa que no quiero que este cerca de ese vulgar hombre, el soberano de San Carlo. —Responde el marques con firmeza. —Es conocido que los habitantes de ese país son extraños y son conocidos por hacer toda clase de hechizos malditos, y no quisiera por ninguna razón que este cerca de ese hombre. —Muy tarde, se dice Olivia por dentro.
—Como princesa es consciente que tengo que atender a mi invitado, a pesar de que se divulguen rumores y demás cosas, que la paz entre Escalante y San Carlo se efectué es cordial. —Responde Olivia. —No debe preocuparse por cosas que a mi parecer son tonterías, marques, mantendré mi respectiva distancia del rey de San Carlo, pero, eso no significa que deba tratarlo como una criatura extraña. Con su permiso. —Decidida a ponerle fin a la conversación, Olivia se da le vuelta y camina tan rápido como puede.
Y mientras ella se aleja, cubre sus labios con ambas manos, ¿mantenerse alejada del Rey de San Carlo? Pero si ella ha tenido su primera vez con él, y como si no fuera poco, también estuvo hace unas horas a su lado, Olivia no ignora las palabras del marqués, si parecía que el rey de San Carlo utilizaba magia, se atrevía a decir, pero, era algo que ella debía confirmar.
Actualidad.
Olivia que intenta no destacar entre los invitados de aquella fiesta en honor al rey Emiliano de San Carlo, recuerda lo que ha pasado esta mañana, y suspira. A veces olvidaba que ella no era quien decidía el futuro de su propia vida, y que debía dar pasos calculados en todo momento, mirando el salón principal que esta lleno de elegantes personas, Olivia suspira y el recuerdo de Emiliano llega a su mente.
—Te estaba buscando, princesa, ¿Acaso te ocultas de mí? —La voz de Emiliano llega a los oídos de Olivia y dándose la vuelta, puede sentir como el cálido sentimiento de alegría se posa en su pecho y sus dedos cosquillean, no sabe la razón, pero, le gusta.