Bueno, Olivia se da cuenta de que el rey de San Carlo actúa como si ellos no se conocieran y aunque es cierto que en el fondo esto le parece un poco hiriente, sabe que es lo correcto, de lo contrario ella recibiría muchas preguntas a las cuales no podría dar una respuesta, ¿Qué diría? ¿Qué ella, una princesa que se supone debió regresar temprano a su recamara estaba en los brazos de un desconocido el cual resulto ser el rey del país con quien siempre tienen disputas?, no, definitivamente ella no podría decir eso.
No ahora, no cuando aún su plan de vengarse de todos los que la lastimaron no se ha ejecutado, por lo que, debe esperar, como siempre.
—Es un placer para mi verlo, rey de San Carlo. —Responde ella, haciendo una ligera reverencia, todo esto bajo el meticuloso ojo de la alta sociedad de Escalante, para su buena o mala suerte, el rey de San Carlo llego con algunos de sus allegados, no entraría en detalles, pero, la mirada sugestiva que le proporcionaba el rey de San Carlo, la hacía temblar. —Espero que su estancia
aquí sea agradable. —Es lo último que dice Olivia.
—Me asegurare de que así sea, después de todo, nuestros países son vecinos y la prosperidad es muy importante. Esta es una ocasión perfecta para conocer mejor a la princesa de tan hermoso país. —Claro, como si hace unas horas él no se encontraba entre
las piernas de Olivia, quien una vez más se sonroja cuando su mano es tomada descaradamente por el rey de San Carlo y la besa.
—Confió…confió en que así será. Tendremos tiempo de conversar a la hora de la cena de bienvenida en su honor. —Con la mirada, ella pareciera querer decirle algo, ¿estaba loco? ¿Qué demonios estaba haciendo? —Con su permiso, debo retirarme.
—Deseando desaparecer tan pronto como pueda, Olivia se da la vuelta.
Pero, siente como la toman de la mano, impidiendo su huida.
—¿Podría mostrarme el lugar que su majestad el rey a designado para mí? —Pregunta el rey, haciendo temblar inconscientemente a Olivia quien ahora mismo y con cierto pánico escondido en su mirada, observa a su padre, quien hace un asentimiento con la
cabeza.
—¿esta seguro de esto, padre? —Pregunta Olivia, deseando que, por una vez, su padre, el rey de Escalante vaya en su ayuda, sin embargo, este como siempre no parece darle importancia a todo esto. Lo único que quería ahora mismo el rey de Escalante es que aquel hombre de extraña mirada de una vez por todas haga la paz con su país, y según lo que le decía el marques de Valentino, les convenía bastante hacer que la alianza se cumpla.
—Se le ha designado a la princesa este papel tan importante. —Responde el rey, para la desgracia de Olivia y la suerte de Emiliano. —Cuando seas la reina, hija mía, tu papel será encargarte de los invitados importantes, ahora ve, y cumple con lo que se te dicho. —Resignándose a tener que estar a solas con el rey de San Carlo, Olivia sabe que desobedecer sería un grave error.
En unos días, se estaría festejando un baile en honor al rey de San Carlo, uno que sería llevado a cabo también por ella, la diferencia era que, su prometido, el marqués de valentino también estaría presente, ¿y porque no estaba aquí? Bueno, después de aquel espectáculo y trágico momento en el que le Olivia tuvo que escapar del marqués, no le importa mucho donde estuviera este.
Quizás estaba siendo el protagonista de alguna orgia o algo por el estilo, le daba igual, ella ya tenia suficientes problemas ahora mismo.
—Sígame su majestad. —Murmura Olivia hacia Emiliano una vez que se ha resignado, ella no diría nada, claro, él tampoco lo había hecho, por lo que, si ambos podrían seguir con esto y fingir que no se conocían hasta que el rey de San Carlo tuviera que irse, perfecto. —Se que le encantara su habitación, es una que es exclusiva para los invitados especiales, contara con un servicio personalizado si así lo desee. —Con una voz indiferente, Olivia habla, tratando de mantener ocupada su mente.
—¿Podre pedir lo que quiera y no se me negara nada? —Pregunta Emiliano con postura recta, caminando a la par de Olivia, y viéndola bien, ella es pequeña y bajita comparado con él, su corazón late apresurado pues, parece estar en un sueño y los recuerdos de su primera vida lo invaden, aunque sabe que ella solo lo ha visto una vez en esta vida, debe contenerse.
—Correcto, es libre de pedir lo que desee y yo me encargare de que así sea, después de todo, esta tarea se me ha designado. —Emiliano manda al demonio su cordura cuando los azules ojos de Olivia lo miran y su cuerpo tiembla por completo.
Él mira detrás de su hombro solo para percatarse de que no hay nadie y que no los molestarían, sabe que al menos han caminado lo bastante para saber que ningún sirviente o importuno noble de la clase alta los vería.
—Entonces, me tomare el atrevimiento de hacer esto. —En un rápido movimiento, Emiliano ha acorralado a Olivia contra la pared, sus verdes ojos brillan juguetonamente hacia la chica que ahora se encuentra mirándolo asombrada y con pánico. —Pensé que no nos dejarían solos, princesa. —Murmura Emiliano con sensualidad hacia Olivia, quien ahora se encuentra sonrojada.
—S-su majestad, ¿¡Acaso se ha vuelto loco?! —Temerosa de que alguien los vea, Olivia trata de apartar al rey de San Carlo, sin embargo, este logra tomar sus manos con una sola suya, mientras que con su otro brazo la mantiene acorralada, él es notablemente mas alto y musculoso. —Hablo enserio, nadie puede saber que nos conocemos y que nos encuentren así, solo podría empeorar las cosas. —Murmura ella, aun cuando su corazón esta tan acelerado, ha dejado de forcejear.
—Te fuiste de nuestra habitación y me preocupe, no quisiera que intentaras lastimarte. —Olivia frunce el ceño, lo de hace unas horas no tiene nada que ver con todo esto, ¿Verdad? —Aun así, tenia muchas ganas de verte otra vez. —Murmura Emiliano en su lugar.
—Lo de antes fue un error y un mal entendido. —Responde Olivia no queriendo parecer patético, lo que ha pasado antes fue algo que en definitiva se llevaría a lo mas profundo de su tumba, pero, ha tenido testigos, nada más y nada menos que el rey de San Carlo.
—¿Fue un error para ti el pasar una hermosa noche conmigo? Dígame algo, princesa Olivia de Escalante, ¿no significo nada para ti todo eso? ¿Simplemente intentaras escapar como si nada? —Emiliano, se acerca mas a ella, y sus respiraciones chocan.
—¿Eso que importa ahora mismo? Debe recordar donde estamos y que posición tenemos ahora. No se trata de un encuentro de una sola noche, tú eres un rey y yo una princesa. —Murmura Olivia y sus ojos se encuentran con los de Emiliano, pero, al mismo tiempo su mirada baja hacia sus labios, los mismos que le provocaron una y mil sensaciones.
Por más que desea pensar con cabeza fría, Olivia se siente confundida y esta teniendo pensamientos intrusivos ahora mismo, toda su vida le han hablando de las personas que viven el día a día en el país del reino Oeste de San Carlo, sin embargo, el hombre que se encargo de hacerla olvidar y sumergirla en el placer no era un simple noble o un hombre común y corriente, era un rey, ¡un rey!, quien ahora solo la hacía cuestionarse absolutamente todo.
—Dime que no deseas que te bese ahora mismo y todo esto parara. —Olivia parpadea en su lugar.
—¿Perdón? —Emiliano quien ahora no sonríe y la observa con seriedad, la ha solado y con una de sus manos, ha tomado el rostro delicado de Olivia entre sus fuertes y grandes manos. Ante la cercanía, sus labios están a punto de rozarse.
—Dime que me aleje aquí y ahora, puedes decirme que olvide lo de anoche y lo hare, princesa, hazlo mirando a mis ojos y me daré cuenta de que es tu deseo. —Ante las contundentes palabras de Emiliano, Olivia ha parpadeado más de una vez, y muerde su labio inferior bajo la atenta mirada del rey, es cierto que hacer esto estaba mal, pero, ¿ella no había cruzado la línea ya en primer lugar? Después de todo, él, ha sido el único que de verdad ha mostrado empatía y compasión con ella.
—Si alguien nos descubre…sería un desastre, Emiliano. —Ella murmura su nombre y esto es más que suficiente para él, no lo duda mas y la besa, lo ha hecho, sus labios se funden en un apasionado beso, sienten cosquillas y al igual que una descarga eléctrica sus cuerpos se atraen y se juntan, Olivia siente las manos del rey de San Carlo toman entre sus fuertes brazos.
Había empezado algo que no podía parar más, algo que llevaba tantos años dormido y que no tenia intensión alguna de volver al lugar donde estaba. Olivia se siente confundida, pareciera que conoce a ese hombre desde hace mucho tiempo, pero, apenas sabe quién es, mientras que Emiliano, extrañaba tanto la cercanía de su cuerpo con el de su amada Olivia, se siente bien, la adoraba y no se había dado cuenta de cuanto la echaba de menos.
Ahora no tenia intensiones de alejarse de ella, no de nuevo.