ELINA
Miro a mi madre con la boca abierta por la sorpresa, pues el día que llevaba esperando por años finalmente ha llegado, el rey ha muerto, y con él se muere la última de las personas directamente responsables por la muerte de mis verdaderos padres y la destrucción del que era nuestro reino, y no sólo ello, junto con él también murió el guarda real del que siempre he sospechado de haber sido quien dio la estocada final a mi madre cuando yo aún estaba en su vientre; murieron en batalla, según dice mi madre, Serene, la mujer que si bien no me trajo al mundo, ha dedicado su vida para que la mía no sea completamente miserable, tal y como lo quería el difunto rey.
“Un ataque sorpresa de un grupo de Rogues que los interceptó a unas cuantas millas antes de entrar a nuestro territorio,” me informa mi padre, Alistair, fue él quien también me enseñó lo que eran los Rogues, y me advirtió de los peligros de deambular por el bosque por la posibilidad de cruzarme con alguno.
“Son lobos sin rey, ni ley, alejados de sus manadas por voluntad propia o porque fueron exiliados por alguna ofensa, usualmente es por esto último que un lobo se convierte en Rogue; son peligrosos porque todo lo que ellos encarnan es una violación a nuestra naturaleza, estamos programados para vivir en manadas, sin ellas tenemos pocas chances de sobrevivir y por ello es que los Rogues recurren a la violencia desmedida y el olvido de sus escrúpulos con el objetivo de obtener lo que necesitan, no les importa por encima de quién deban pasar y de tanto vivir en las zonas más salvajes y desoladas, con el tiempo empiezan a olvidar el ápice de humanidad que tenemos los hombres lobo y que es lo que impide que cometamos esos actos atroces contra nuestra misma especie.
Debes tener mucho cuidado con ellos Ellie, la mayoría de los Rogues que circundan nuestro territorio son antiguos guerreros leales al rey derrocado… perdón, quise decir, leales a tu abuelo, quienes huyeron en medio de la guerra para salvar su propio pellejo, algo que de por sí ya va en contra de lo que representa una manada, ya lo sabes, comemos juntos, luchamos juntos y morimos juntos, ellos no respetaron estos principios básicos y por eso hoy se han visto reducidos a esos seres impredecibles y violentos que representan un gran peligro para nuestro reino y especialmente para ti, sabes muy bien que ellos te consideran la mayor de las traidoras por vivir con los Vark,”
“Pero si apenas acababa de nacer cuando fue decidido que viviera aquí, ¿por qué deberían culparme de ello?” respondí confundida.
“Porque ellos creen que tan pronto como tuviste edad suficiente para huir, debiste haberlo hecho, te debiste unir a ellos, y como no lo hiciste, eres considerada una traidora, al menos eso fue lo que dijo el último Rogue que atraparon cuando intentó entrar al reino,” él me explicó con calma, como siempre me ha explicado las cosas que no logro comprender del todo.
“Genial, soy una paria aquí por quedarme viviendo aquí a pesar de ser una Bloodmoon, nieta del rey derrocado, ¿y además soy una traidora por no irme? Nada parece complacerlos,” dije malhumorada y mi padre se acerco a darme un abrazo de oso de los que tanto me gustaban, pues eran realmente reconfortantes, y me hacían cuestionar por qué él era un omega si no sólo era el más grande y fornido de nuestra pequeña manada, incluso más que nuestro alfa Roger, sino que también era uno de los lobos más grandes en todo el reino.
No obstante, basta conocer su personalidad tierna, generosa y desinteresada para darse cuenta que su corazón es tan grande como su torso y eso le impide ser lo suficientemente despiadado para compararse a los mejores guerreros del reino, y aún así, su tamaño es un gran disuasor para cualquier persona que se atreva siquiera a pensar en ir en contra de él o alguien de nuestra familia, y si su tamaño por sí solo no es suficiente, el hecho de que tenga dos hijos casi tan grandes como él, hará que cualquier persona se lo piense dos veces antes de meterse con nosotros, incluso si mis hermanos mayores son tanto o más “blanditos” que mi padre.
La personalidad impetuosa y rebelde de nuestra familia siempre me ha pertenecido exclusivamente a mí, pues aunque mi madre es más temperamental y decidida que mi padre, aún así es la mujer más amable que alguien pudiera conocer, y es por ello que para toda mi familia ha sido difícil tratarme con frialdad frente al resto de las personas, sé por el dolor que cruza su rostro cada vez que tienen que hacerme un desplante, que les duele más que a mí, pues aunque les he intentado convencer de que no me afecta, principalmente porque sé que es sólo una fachada para protegerme contra los ojos predadores del rey, ellos siguen convencidos de que me están hiriendo de alguna forma cada vez que tienen que fingir indiferencia ante las otras manadas.
En un principio también tenían que fingir que yo no les importaba frente a los miembros de nuestra propia manada, pero no sólo nuestro alfa, Roger, se dio cuenta de su pésima actuación bastante rápido, sino que no tardó en hacerles saber que no era necesario fingir frente a él o frente a los demás miembros de nuestra manada, la cual es la más pequeña del reino, pues él siempre nos había dicho que éramos todos una gran familia que debía resistir ante los desplantes de las otras manadas más grandes quienes aprovechaban cualquier oportunidad para recalcar la superioridad de sus tropas y la inferioridad, o más bien la casi inexistencia de las nuestras.
Y es que la manada Orión, a la cual pertenecemos, se vio fuertemente diezmada durante la guerra porque el rey Colin Vark usó a la mayoría de los guerreros de la manada, a quienes consideraba los más débiles, como carne de cañón para distraer a los guerreros enemigos y así poder infiltrarse en el castillo y atacar desde adentro, casi todos los guerreros de la manada Orión murieron en esa batalla, y los pocos que sobrevivieron, incluyendo a nuestro alfa, y un par más, se dieron a la tarea de reconstruir la manada después de la guerra y para ello reunieron a los guerreros olvidados de otras manadas que no lograron sobrevivir a la guerra.
Es por ello que el Rey Colin no era precisamente un monarca querido entre nuestra manada y cuando me trajeron a vivir aquí, los miembros de la manada lo vieron como lo que era: un castigo y una carga, pues sabían que ninguna manada que tuviera entre su gente a la nieta del rey derrocado iba a ser tomada en serio por el resto del reino, y aunque en un principio trataron de ignorarme, a medida que fui creciendo y con ayuda de mis padres, pude probar que podía ser de bastante utilidad para la manada y así pronto se creó una gran confabulación para engañar no solo al rey, sino al resto de las manadas y hacerles creer que mi vida con ellos era simplemente una tortura diaria, y de esa forma he estado protegida hasta el glorioso día en que ese horrible ser finalmente abandonó la faz de la tierra.
Y ahora que ya él no está, no sólo mi manada puede dejar de ser tan fríos conmigo en público, pues honestamente a nadie más que a él le importaba cómo me trataran, sino que ahora tengo una oportunidad para lograr demostrar que los Bloodmoon no desaparecimos de este mundo y de poder enaltecer nuevamente el nombre de mi familia; por lo que a partir de mañana empezaré a entrenarme en secreto para competir en la próxima luna de sangre, un festival que inició con mi familia y que los usurpadores no borraron, sino que felizmente lo continuaron cada siete años, y el próximo año, en mi cumpleaños número veintiuno, que justo coincide con el festival y el día de la competencia, probaré, de una vez y por todas que nunca podrán acabar con mi linaje por mucho que hayan intentado en el pasado.