«No estoy enamorada de Ashton, solo me gusta. Sí, me gusta mucho. Me gusta más de lo que debería. No puedo estar enamorada de él si hace tan solo un mes lo odiaba. No. Ni siquiera lo conozco bien» Y así mis pensamientos variaban en el día. Pase varios estados: Negar, aceptar, gritar, enojarme con Ashton, querer verlo; no querer volverlo a ver; renunciar al trabajo; pedirle que me pase las estadísticas... Quiero desaparecer. Si desaparezco no existiría el dolor en mi pecho cada vez que lo veo. Me da mucha ansiedad estar junto a él y contrariamente a eso, me da alegría. Pero no puedo denotarlo, no, no puedo hacerle saber lo que siento, por ello no digo nada y evito el dialogo. Aunque a veces no puedo evitar hablarle. ¿Es claro que enloquecí, verdad? Ashton abrió de golpe la puerta y
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