–No lo creo posible– sonrió el Marqués–. Y si busca halagos, debo decir que se ve muy bonita con ese peinado. –Me lo hizo la doncella de su abuela esta mañana; pero mañana vendrá el mejor peluquero de Mayfair para arreglarlo antes de que todos nos vayamos a almorzar a la casa Devonshire. –No sabía nada de eso– comentó el Marqués. – Creo que encontrará la invitación entre sus cartas, y su abuela también fue invitada. Ahora ha enviado una nota para preguntar si podría llevar a una joven huésped, que ya allí explicará quién es. El Marqués sonrió. Aquello era típico de su abuela. Se las había arreglado para que el primer día de su compromiso almorzaran en una de las más importantes casas de Londres. Más tarde se enteraría de que el Príncipe Regente también era uno de los invitados. Su abu