Nicolás Fuentes. Es casi media noche y llego al hospital mucho más tarde de lo que había previsto. Mi día terminó siendo uno de los peores; entre encontrarme con Emily, soportar a Ángela y a Don Augusto toda la tarde en la oficina, resolver uno de los varios inconvenientes con los proveedores, me consumió de manera notable los ánimos, sin contar que me siento más muerto que vivo después de lo que paso en la joyería. Camino hasta la habitación donde se encuentra mi padre a pasos cansados, muchas cosas cambio en tan poco tiempo en nuestras vidas. Él ha estado aquí desde que le conté toda la verdad acerca del chantaje del padre de Ángela hacia el bienestar de Emily y la mía y de mis sentimientos reales por ella. Me siento culpable por cómo se encuentra. Siempre supe de su estado grave de