Emily Rose. Miro la foto principal en el periódico de hace un mes acerca del sepelio del padre de Nicolás y no puedo evitar sentirme triste por él, imagino exactamente lo que debe estar sintiendo ahora y me duele ver su rostro triste y sus ojos apagados, aunque no debería tener ningún tipo de compasión por él. Me quedo unos minutos con la mirada fija en aquel retrato que he mirado incontables veces ya, donde se lo ve junto con su familia, pero especialmente en su mano entrelazada con aquella joven rubia y elegante que es la futura madre de su hijo y esposa. Un nudo gigantesco se me forma en la garganta y unas nauseas al recordar todo lo que me dijo en México, aun no puedo creer que haya sido tan tonta para caer en su labia de hombre mujeriego ¡Ni que tuviera quince años! —¿Cuándo vas a