Liam*
Me remuevo un poco, al sentir su cuerpo tibio, sonrío y lo abrazo a mí.
Mi pequeño Jay. Después de haber hecho una pelea con su tonto amigo regresamos a mi casa, ambos estábamos molestos así que decidí que lo arregláramos con sexo cosa que no funcionó al ser rechazado por Jay, eso me frustro bastante a lo que hice que solo me complaciera un poco, después de eso nos acostamos a dormir.
Posiblemente Jay me odia y me quiere muy lejos pero no sucederá, llevo muchos años detrás de él como para que eso pase.
Se remueve un poco para luego abrir sus lindos ojos, me observa por unos segundos y luego se da la vuelta haciendo que frunza el ceño.
- ¿Aún estás molesto? - Susurré en su oído.
No contestó a lo que me hizo enojar y lo tome del brazo dándole la vuelta.
- Contéstame. No me dejes
