La Esposa Perfecta

Dicen que el día de su boda para una mujer es uno de los días más importantes de su vida… Lo es si te casa por amor, pero es diferente si es por conveniencia, por contrato o un matrimonio arreglado como es el caso de Sierra, con solo 19 años estaba a solo un par de horas de casarse con un hombre que ni siquiera conocía, jamás ha visto ni siquiera una foto de él, su abuelo se había opuesto a que lo viera, así que no tenía opción, no podía negarse, ya no…   - Mamá eso duele…- dice Sierra quejándose. - Si te quedaras quieta todo sería mejor…- dice Ann su madre- No logro ponerte el ganchete…- afirma ella tratando. - ¿Y si olvidamos el velo? Esta muy pasado de moda- sugiere Sierra ya cansada de los intentos de su madre. - ¿Olvidarlo? ¿Estas loca?- dice su madre deteniéndose y se para frente a ella- El velo es igual de importante que el vestido de novia. - Descuida tía, yo se lo pongo…- dice su prima Sabrina salvándola- Vaya con los demás invitados a compartir, yo termino de arreglar a Sierra y me asegurare de que no escape…- dice burlándose. - De acuerdo Sabrina, confío en ti…- dice Ann sonriendo- Te veré después cariño…- dice a Sierra, le da un beso en la mejilla y se va de la habitación. - Gracias por eso…- dice Sierra exhalando aliviada- Adoro a mi madre, pero ha estado histérica desde que comenzó el día, desde que la maquillista y estilista terminaron ha insistido en ponerme el velo y terminar de arreglarme ella misma, ha sido insufrible…- dice quejándose. - Creo que, aunque sabe que es un matrimonio arreglado…- dice Sabrina acercándose para acomodarle el ganchete- Esta emocionada, eres hija única así que es normal que le emocionen este tipo de cosas…- dice, termina ponerle el accesorio y rápidamente le acomoda el velo- Listo…- sonríe- Mírate, te ves preciosa. - Sabrina estoy aterrada…- confiesa Sierra mirándola a los ojos con sinceridad- Ni siquiera conozco a la persona con la que me casare, mis padres no me dieron ningún detalle, solo que era 5 años mayor que yo y que se llama Austin, ¿Qué si es demasiado feo? ¿Y si es una mala persona? ¿Y si no me gusta? ¿Qué voy a hacer? Después de todo me casare con un desconocido, detesto a Eun Na por obligarme a hacer esto, ella tenia que estar en mi lugar, este era su obligación no la mía. - Cálmate Sierra…- dice Sabrina tomando por los hombros- Ya sabemos cómo es Eun Na, fue culpa de tío Choi que se descuidó y la dejo escapar, pero confía que todo va a estar bien, no creo que tus padres te casen con un mal hombre, el abuelo también está contento con esta unión, aunque el mismo fue que la concreto, después de todo te aman, además…- Pone una mano en su hombro- Siempre existen los divorcios…- le sonríe a su prima con complicidad. - Supongo que tienes razón…- dice ella y suspira- Bueno estos son mis últimos momentos como soltera…- dice y suspira- Te agradezco por no dejarme sola en momentos como este. - Como tú prima y tu mejor amiga jamás voy a abandonarte…- le sonríe y la abraza- Bueno ya estas lista, debo irme, tú debes esperar aquí a que tu padre venga a buscarte para entrar a la ceremonia, por favor no vayas a huir…- dice bromeando. - No lo hare…- dice Sierra y sonríe. - Si no escape en Viena no lo hare ahora, nos vemos allá…- dice Sabrina y desaparece tras la puerta.   Viéndose sola en la habitación Sierra contemplo mentalmente como era su vida hasta este momento y se preguntó ¿Cómo sería después de casarse?, no tenía la menor idea de cómo era un matrimonio, ella pensó que jamás se casaría, no es de las chicas que creen en los cuentos de hadas, se levantó del sofá en el que estaba y se encamino a una plataforma que tenía 3 espejos de cuerpo completo, 1 enfrente y los restantes cada una a un lateral distinto, visualizo su reflejo dándose cuenta de que realmente se veía bonita, se sentía como oveja que iba directo al matadero, pero al menos seria la oveja más bonita, ese auto comentario la hizo reír internamente, hasta que escucho la puerta abrirse, pensó que era su padre así que no se dio la vuelta inmediatamente…   - ¿Ya es hora?- dijo ella sin voltear aun. - Aun no, tenemos al menos 30 minutos para conversar…- dice un chico detrás de ella.   Ella se sorprendió al no reconocer la voz lo que la hizo darse la vuelta y mirarlo, se encontró con un chico muy alto y guapo, de penetrantes ojos cafés, cabello semi largo y n***o el cual tenía amarrado y bien recogido en una coleta, vestido con un fino y elegante traje a la medida, con un pañuelo colocado en el bolsillo del saco y en la orilla de los botones un lindo prendedor con una pequeña rosa blanca, peculiarmente idéntica a las del ramo de novia, lucia totalmente genial e imponente y termino de adornarlo todo con una sonrisa encantadora… Aquel chico se había quedado inmóvil frente a ella, la observaba como la joya más hermosa, él había apreciado exactamente lo mismo que ella, a una chica que se veía preciosa en su vestido de novia, había que decir que Sierra llamaba la atención por algunos rasgos suyos que destacaban y él los había notado en ese momento… Su cabello pelirrojo natural, bien peinado y recogido en un moño con pequeños mechones rizados saliendo al descuido, unos hermosos y grandes ojos grises que inevitablemente llamaban la atención, Sierra venia de una familia de personas altas por lo que era un poco alta y esbelta, su rostro a él realmente le parecía hermoso, por eso sonrió…   - Luces realmente hermosa…- dice el sonriéndole. - Sierra se sonroja…- Gracias…- dice y sonríe dejando a la vista unos hermosos hoyuelos que le confirmaron al chico aún más su belleza- ¿Quién eres tú?- indaga ella intrigada. - Perdona mis modales…- dice y se acerca un poco más- Soy Austin Blake…- le vuelve a sonreír. - ¿Tu eres Austin?- indaga sorprendida y piensa- ¿Este hombre tan guapo y educado será mi esposo? - El asiente- Tu debes ser Sierra White…- dice y ve que ella asiente así que se acerca más todavía y le extiende la mano para ayudarla a bajar- Es un placer al fin conocer a mi futura esposa. - Sierra toma su mano y baja de la plataforma- Lo mismo digo…- dice ella cortésmente y se sienta en el sofá que estaba antes. - Austin se desabotona el saco y se sienta frente a ella- Debo decir que no eres una chica fácil de encontrar ni de convencer, tuve que esperar un año para que te casaras conmigo. - Tenia 18 años, no era mi intención cansarme en ese momento y tampoco lo es ahora…- afirma Sierra mirándolo con sinceridad. - Aprecio tu honestidad y ciertamente tampoco es la mía…- afirma el mirándola. - Entonces, ¿Por qué nos vamos a casar?- indaga ella con la esperanza de que todo se cancele. - Hay 2 razones muy poderosas…- dice el mirándola- La primera es porque nuestros abuelos nos prometieron desde antes de nacer…- ve como ella frunce el ceño- Lo sé, suena estúpido, y con la segunda seré totalmente sincera contigo…- suspira y la mira directo a los ojos- Mi padre está enfermo, no entrare en detalles ahora, pero las empresas familiares se verán seriamente afectadas si no se designa un nuevo presidente, soy su único sucesor, pero los accionistas no están de acuerdo, a pesar de mi experiencia ellos consideran que soy demasiado joven para ocupar ese puesto y la única solución es que forme una familia, mínimo casarme, no sé qué tiene eso que ver con mi desempeño, pero es lo que exigen y si no cumplo en 3 meses escogerán a un accionista como nuevo presidente, eres mi última esperanza. - ¿Por qué yo?- indaga ella confundida- Eres un hombre realmente guapo, educado y rico, cualquier mujer estaría encantada de casarse contigo. - Lo sé, pero no estoy buscando una cazafortunas que se case conmigo por conveniencia o por cosas tan superficiales como mi apariencia…- afirma el mirándola- Aproveche que mi abuelo mencionó la promesa que hizo hace más de 20 años con tu abuelo, sé que no eres una cazafortunas porque no necesitas mi dinero y sé que no estás muy interesada en mi físico porque no quieres casarte, así que eres perfecta para los fines. - Eso suena prometedor…- dice ella siendo sarcástica y relaja su expresión- Ya que fuiste sincero conmigo yo también lo seré contigo, me negué de todas las maneras posibles a este matrimonio, apenas tengo 19 años quien quiera casarse a esta edad esta loca…- suspira- Las únicas razones por las que acepté este matrimonio fueron porque mi abuelo me lo suplicó, él y la abuela son muy manipuladores, además que me dieron un año sabático y me prometieron que no me obligarían a estudiar negocios, que podía elegir lo que yo quisiera, hacer la carrera que más me gustara y eso para mí es un sueño hecho realidad. - Ambos tenemos nuestras razones totalmente validas, así que ¿Por qué no trabajamos juntos?- le propone el sonriéndole nuevamente. - Estoy de acuerdo, ya que este es un matrimonio por conveniencias personales y solo de apariencias, deberíamos hacerlo por el bien común y para eso debemos de poner algunas reglas…- dice ella firmemente. - Estoy de acuerdo, pero debemos de pensarlas bien…- dice el mirándola- Vamos a hacer un contrato después del matrimonio, trazaremos las reglas de convivencia y las peticiones que ambos tenemos para que este matrimonio medianamente funcione. - Me parece bien…- dice ella sonriéndole- Me alegra que nos entendamos. - Entonces tenemos un trato…- dice extendiéndole la mano. - Tenemos un trato…- dice ella estrechándole la mano. - Bienvenida a la familia señora Blake…- dice el con una sonrisa de lado- Espero que te guste nuestra nueva casa y que tengamos tiempo de conocernos mejor, porque pasaremos mucho tiempo juntos a partir de ahora.   Ese era el comienzo del fin, lo que parecía un plan fácil de seguir y un buen acuerdo, se convertiría en todo lo contrario…