CAPÍTULO DIEZ
Cole
Los disparos aumentaron cuanto más profundo se internaban Cole y sus hombres. Más parecía provenir del otro extremo, atrayendo fuego de los soldados. Fleming agitaba la mano como un poseído, sus dientes destellaban blancos en un rostro rojo de rabia. "¡Cole, los caballos!"
Manteniéndose agachado y cerca del lado del desfiladero por el que habían ascendido, Cole y sus hombres se apresuraron a seguir, encontrando cualquier refugio que pudieran, acercándose cada vez más al lugar donde habían atado a los caballos.
Crevis lo vio primero, deteniéndose repentinamente, Cole y los demás casi chocan contra él. Entonces Cole también lo vio, bajó la cabeza y maldijo en silencio.
Hyrum Vance yacía presionado contra una roca, con los ojos bien abiertos, mirando a la nada, con el
