Capítulo siete Al ver a Mandy alejarse rápidamente, Ryan se sintió aturdido. Ni siquiera miró hacia atrás. No entendió lo que la llevó a actuar así. Nunca había conocido a una chica tan distante como ella. Después de una semana entera observándola desde lejos, sintiendo que se le escapaba de las manos cada vez que la alcanzaba, pensó que por fin se llevaban bien, que ella había decidido darle una oportunidad a la atracción entre ellos. Tener a la chica en sus brazos, bailando con él, hizo que su cuerpo anhelara más. Sintió que el aroma floral de su perfume nublaba sus sentidos, la suave piel le hacía desear tocarla y no volver a apartarse. Ansiaba soltar el pelo oscuro que llevaba recogido en una coleta, para que le cayera por los hombros y pudiera deslizar los dedos entre los mechones.