Larry llamó a su hermano lleno de angustia, no podía creer que su padre hubiese tenido un infarto, con ello se iba la oportunidad de él contarle a Hugh su verdad. Él no sería el culpable de la muerte de su padre, eso no. En tanto, Steve conduce de regreso a su casa, aunque de su mente no sale Chelsea, ni podía dejar a su padre solo ni mucho menos la empresa, toda la responsabilidad caía sobre su espalda nuevamente. Steve ayudó a su padre a bajar del auto, Larry esperaba preocupado en medio del salón principal. Se acercó para ayudarlo. —¡Papá! —lo abrazó— ¿Estás bien? —Por ahora sí, hijo. Solo eso me faltaba —se apoyó en su hombro y Larry lo llevó hasta su habitación. Steve se sentía tan culpable de lo ocurrido que apenas se despidió de él para volver a la oficina. Minutos después, ll