—Solo tiene tres años, no me va a entender —le dice como si fuera absurdo. —Hay que enseñarlo a qué entienda, porque cuando sea grande, será difícil amoldar esos comportamientos, inténtalo y verás que funcionará. —Convence al pequeño. —De acuerdo, lo intentaré —y se va. —¡Wouh! Gracias, cada vez que intento que se calme nunca lo logro —dice Melissa sorprendiéndola. —Hola. —Se voltea y se acerca—. Es un placer. —Ofrece su mano. —Si me ayudas a controlar a mis hijos y que compartan entre ellos, créeme que el placer será mío. —Se ríe al estrechar su mano. —Si en su núcleo familiar hay muchas discusiones, los pequeños adoptarán esas conductas, por eso normalmente los pequeños gritan o pelean con sus hermanos, porque ya lo ven en los padres o en personas cercanas —le aclara Dione ba