Ya al día siguiente, me levanté con un sonido en el aire. Los Cherezadis silbaban bellas melodías, era una sincronización perfecto de sonidos. El ambiente se volvía relajante, y llenaba a uno de ánimos.
Media hora después de escuchar tan bellos cantos, me reuní con mis amigos en una terraza con vista al río donde íbamos a comer, la Cherezadi líder estaba ahí con nosotros.
_ ¿Cómo durmieron anoche?
_ Muy bien. Las camas son muy cómodas. Al verlas de paja pensé que sería incómodo pero no, fue todo lo contrario_ Habló Emma.
_ Escuchamos las explosiones de anoche, ¿No saben que era?_ Preguntó Max.
_ Desconocemos su procedencia. Nosotros también oímos. Pero no podemos salir en la noche con tantos carnívoros sueltos. Pero ya a estas horas de la mañana, un escuadrón debe de estar viendo la zona.
_ ¿Cree que hayan sido los Gangresh?_ Pregunté.
_ No lo creo. Estaban muy cerca de nuestro valle. Seguramente fueron las Arpiras.
_ ¿Qué son las Arpiras?_ Preguntó Max extrañado.
_ Son unas criaturas mitad humana, mitad águila. De la cintura para abajo son humanas, pero de la cintura para arriba sin unas feroces aves de rapiña, con alas negras que le permiten volar alto. Hemos tenido muchos enfrentamiento con ellas porque siempre quieren comerse a nuestros hijos. Se la pasan rodeando nuestro valle pero no entran porque saben que aquí somos muchos.
_ El desayuno ya está listo_ Entró una de las Cherezadis seguida de otras más con bandejas repleta de comida.
Pan, frutos secos, mermeladas de frutas, jugos, ensalada de frutas, insectos, pescado y otros aperitivos se veían en las bandejas.
_ Se ve delicioso.
_ A comer.
_ Nunca he comido pescado_ Dije.
_ ¿Bromeas?
_ Digo la verdad, en nuestro mundo no comemos carne animales, todos están extinto.
_ Vaya. Que mal. El pescado es bueno por el Omega 3.
_ Entonces pruébalo. Es mi favorito_ Habló la otra Cherezadi que trajo la comida.
Serví el pescado, le quité un trozo y lo llevé a mi boca. Una delicia, era un sabor único.
_ Es muy rico.
_ Lo pescamos en el río.
_ Esta es una comunidad muy linda.
_ Hemos tratado de que se mantenga así por todos estos años.
_ No nos han dicho sus nombres_ Dijo Max.
_ Cierto, que descortés. Yo soy Enea, antes me llamaba María pero vida nueva, nombre nuevo_ dió una risa_ Soy la líder y jefa de esta comunidad. Y estamos en el Valle Jafom, Jafom significa: "río grande" en nuestro lenguaje. Existen otras tribus o comunidades de Cherezadis en estos territorios pero cada uno con su líder, y su forma de vivir. Por ejemplo, hay una tribu en las montañas de los Andes que se llama "Katur Ka" que significa "el hijo de la nieve", y tienen un líder llamado Milo. Esta joven a mi lado es Kasandra, mi jefa militar y Cherezadi de confianza.
_ Yo soy Maxwell Smart, he vivido aquí siempre. Muté igual a ustedes aunque nunca cambió mi cuerpo, si obtuve dones.
_ ¿Qué dones?
_ Puedo curar heridas. Y yo en particular puedo regenerarme.
_ Yo soy Robert Pierce.
_ Yo me llamo Sam.
_ Y yo Emma.
_ Y díganme, cuánto piensan quedarse?
_ De eso queríamos hablar. Es necesario que nos vayamos hoy mismo. No queremos que por alguna razón Katamoto de con nuestro paradero y destruya todo esto. Además, estando afuera podemos unir fuerzas o denunciar las atrocidades de Katamoto.
_ ¿Les hablarán a la gente de su mundo que esto es algo lleno de vida?
_ Creo que sería bueno decirles para que no lo dañen. Si guardamos silencio, entonces, en ese silencio Katamoto y Argelia Corp harán lo que quieran con estas tierras sin ser denunciados. Es un hecho, ya sabemos de su existencia. Ahora queda de nosotros si proteger o destruir.
_ Sé con son jóvenes inteligentes, sabrán cuál decisión será la correcta. Kasandra los llevará hasta el abismo más allá del valle en que se estrelló su nave. Van al sur, cierto?
_ Sí. Buscamos unos túneles, antes iban hacer un tren pero pararon las contrucciones. Creemos que si cruzamos ese túnel podremos salir de aquí por debajo de la tierra.
_ Deben tener cuidado. Esos túneles guardan criaturas nocturnas. Los hombres topos o los Transparentes como ustedes les dicen viven en sitios así. Deben llevar armas y luces.
_ Nuestras armas se perdieron en la nave.
_ Podemos ayudar con las luces pero nuestras armas son muy rudimentarias.
_ Sus armas los han protegido desde hace mucho, también podría protegernos a nosotros_ Dijo Max.
Seguimos comiendo y hablando de otras cosas importantes. Los Cherezadis eran muy buenos y solo querían ayudarnos. Antes de irnos nos dieron mochilas con linternas, agua y comida. Debíamos caminar casi dos días para poder llegar a donde queríamos. También nos dieron lanzas, machetes y arco y flecha. Kasandra y un grupito más nos acompañaron a la salida del valle, volvimos a salir por aquel abandonado edificio que antes había sido un hotel. Pasamos por el bosque donde los robots comenzaron a perseguirme hasta llegar a la planicie donde había caído la nave. Fue ahí cuando vimos a tres naves de las que nos perseguían ese día anterior; las naves de Katamoto, destruidas en el suelo. Aún emanaban humo.
_ ¿Quién las derribó?_ Preguntó Sam.
_ Seguramente estás fueron las explosiones que se escucharon anoche_ Decía Kasandra viendo las naves_ Creo que fueron los Gangresh. Miren las lanzas clavadas en las naves. Solo ellos la usan. Estaban muy cerca del valle.
_ Tal vez los ruidos de las naves los atrajo.
_ Tal vez. Estoy segura que aún están por ahí, observandonos_ Dijo Kasandra poniendo su vista entre el bosque oscuro_ Debemos seguir. Al mediodía estaremos en el abismo, desde ustedes deben seguir solos.
_ ¿Y si nos persiguen?_ Preguntó Sam.
_ Entonces los enfrentamos_ Dije sacando de una de las naves unas armas que aún servían. Habían varias y nos las repartimos. Hasta a Kasandra y su equipo les di.
Después de equiparnos seguimos caminando con Kasandra de guía. Muchos animales diurnos se nos atravesaban curiosos al vernos pasar frente a ellos, algunos salían despavoridos. El sol estaba tibio y había mucha brisa esa mañana.
Ya a la una de la tarde llegamos a unos acantilados. Kasandra nos dió algunas órdenes.
_ Traten de no bajar al fondo del a acantilado, está plagado de serpientes con tres cabezas, son muy venenosas. Solo sigan este camino hasta llegar a un puente colgante que los llevará al otro lado, ya de ahí, sigan caminando hacia el sur, sabrán que van bien si siguen unas torres enormes de metal viejas y oxidadas. Si no paran, seguro ya a las cinco de la tarde se conseguirán con un viejo circo. Ahí pueden descansar y pasar la noche, deben esparcir este líquido alrededor de donde dormirán así los carnívoros no los olerán. Al siguiente día, sigan caminando hasta el bosque de árboles bailadores, ya verán porque le llamamos así. Vayan río arriba hasta conseguir un aeropuerto con aviones carcomida por el óxido. Desde ahí podrán ver las montañas con los túneles.
Todo lo que dijo Kasandra trataba de guardarlo en mi mente, no podía olvidar detalles, se que día cabezas piensan mejor que una y ahí estaban Max, Sam y Emma guardando todo también en sus cabezas. Nos despedimos de Kasandra y sus compañeros y comenzamos nuestro recorrido solos y con mucho miedo.
Teníamos armas y luces pero en la nave Colossus también había armas y luces y eso no fue impedimento para los Hunter. Por eso íbamos más que alertas.
_ Ahora que pienso, esos robots estaban con los de Katamoto, es increíble saber eso ya que los robots según estaban prohibidos_ Dije.
_ Tienes razón Robert, pero con tantas mentiras nada se cree.
_ Es cierto Emma. Nada se cree. ¿Como saber entonces quien es bueno? Eso es más aterrador_ Habló Sam.
_ Yo solo sé que haga lo que haga, siempre lo haré con buenas intenciones, no tengo necesidad de lastimar a nadie.
Se guardó silencio y seguimos caminando. Cruzamos el abismo llegando al otro extremo, el puente colgante se movía mucho uno pensaría que se iba a caer. Pero todo salió bien. Al estar del otro lado igual seguimos caminando, eso era lo que debíamos hacer. Hasta que a lo lejos vimos la primera torre, era alta y grande, toda oxidada pero aún en pie. Había muchas contrucciones siendo comidas por la naturaleza, aunque no lo crean, aquellos se veía hermoso, esa mezcla de la naturaleza junto con las contrucciones destruidas y olvidadas, era algo genial. Por doquier veíamos ríos y animales raros. En un momento me pareció haber visto una criatura muy parecida a un dinosaurio pequeño, pero se oculto rápido entre las ruinas.
_ Si tan solo tuviéramos una nave_ Dijo Emma algo cansada.
_ Y los Ocballos de por acá no están domesticados lo que sería un peligro si intentamos montarlos.
_ Mejor sigamos caminando. No quiero andar con un tobillo roto huyendo de los Gangresh_ Dijo Sam.
Y obviamente tenía razón, no estábamos para arriesgarnos a ser devorados. Así que seguimos caminando sin tratar de detenernos y viendo la naturaleza a nuestro alrededor.
La brisa y el clima en sí eran muy fresco lo que no nos agotó mucho. Volvimos a ver otra torre lo que nos decía que estábamos cerca del circo donde debíamos pasar la noche.
La noche estaba llegando y aún no veíamos al circo que Kasandra había dicho, eso nos tenía preocupados y más al oír un grito estruendoso que salió del este.
_ ¿Qué mierda fue eso?_ Se alarmó Emma.
_ Debemos apresurarnos.
Comenzamos a correr, pronto saldrán las criaturas nocturnas y estoy seguro que seríamos un rico banquete.
Una luna se asomaba por el este de dónde salió ese grito aterrador. Seguíamos corriendo. Entonces, escuchamos otros gritos procedentes de un abandonado edificio cerca de donde corríamos, estos gritos provenían de varias criaturas, no paramos a ver porque era evidente que aquellos era parte de las criaturas nocturnas que ya nos habían visto pero que debido a los últimos rayos del sol no podían salir a devorarnos. Aún no reconocía los gritos de los Hunter, estos gritos eran nuevos para mí y Max lo había dicho; los carnívoros son demasiados.
Ya los animales vegetarianos se estaban ocultando, algo que debíamos hacer nosotros. Seguíamos corriendo y aquellas ruinas se quedaban atrás y entrabamos a un bosque con secos y muertos árboles que daban miedo. Al fondo, vimos a el circo, las carpas donde una vez realizaron los espectáculos estaban caídas al suelo, los carruseles y otras atracciones se veían oxidados, las tiendas donde expedían alimentos se caían a pedazos, vigas por aquí, árboles y maleza por allá, ¿Cómo iba un viejo y oxidado circo a protegernos de criaturas hambrientas? Atrás habían edificaciones que hubieran servido de refugio y hasta más fuerte que este destartalado circo. Comenzamos a buscar un lugar dentro del circo que pudiera guardarnos pero todo estaban tan viejo y destruído.
_ ¿Qué haces?_ Preguntó Emma al escuchar ya los monstruos más cerca.
_ Espéreme aquí_ Dijo Max.
Salió corriendo a la carpa más grande que descansaba en el suelo con algunas ramas de árboles muertos sobre ella. Levantaba la enorme lona buscando algo debajo de ella. Entonces gritó:
_ ¡Por aquí! Necesito ayuda. ¡Rápido!
Fuimos a donde él y nos topamos con una trampilla debajo de la lona. Apartamos un poco el pesado plástico y comenzamos a tratar de abrir la trampilla y fue en ese momento cuando el sol dejó de brillar, ya la noche estaba ahí, y con ella sus monstruos. Escuchamos crujir el suelo con los pasos de aquellos. Max sacó un arma y se puso en pie apuntando a los lugares de donde provenían aquellos y comenzó a disparar, mientras tanto nosotros seguíamos intentado abrir la trampilla.
_ ¡Están llegando más!_ Gritó el chico.
Emma sacó de su mochila un frasco con un líquido viscoso y comenzó a esparcirlo por alrededor de la trampilla, así al abrir, solo debíamos entrar sin perder más el tiempo. Y ocurrió, la puertesilla abrió. Era una especie de sótano que llevaba a una escalera y esa escalera daba a un lugar en lo profundo, obviamente estaba oscuro. Primero bajó Emma iluminado el lugar, pero, una de esas criaturas salto desde un árbol y cayó sobre Max alejándolo de nosotros. Ví como Max se levantó y la apuntó con el arma, pero una segunda criatura llegó a él quitándole el arma de un zarpazo, estás criaturas eran como panteras pero con cabeza algo humanoide, tenían las patas delanteras con manos humanas pero con sendas garras, sus ojos eran negros como la noche. Ambas saltaron sobre Max para devorarlo pero este mostró su agilidad. Tomó a una de las criaturas por su cabello y la estrelló contra un tronco seco, luego con una fuerza súper humana partió un tubo de acero de una de las atracciones y la estrelló sobre esa criatura esparciendo sus sesos por el suelo, con la otra criatura la tomó por las patas y la arrojó sobre el carrusel que se terminó de destruir por el golpe.
_ ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Adentro, no hay nada para ver!
Ahí Sam y yo entramos seguido de él.