Si bien algunos expedientes de los procesos a cargo de Orejuela están escaneados y guardados en la nube, hay otros que no, debido a la alta confidencialidad del caso, y al parecer el jefe no confía de a mucho en la tecnología, ya que cualquiera podría hackear el sistema. Es así que tengo que ojear todos los expedientes en físico, y no sé cuánto me vaya a tardar en tratar de aprendérmelos todos. No tengo la memoria prodigiosa que el jefe cree que tengo, no soy como el protagonista de la serie La Ley de los Audaces. Y cuando creí que el jefe me dejaría en paz el resto del día para revisar los cerca de 200 expedientes, el intercomunicador de la oficina sonó una hora después. —Torres, a mi oficina —se escuchó su grave y satánica voz, y colgó. Entré a la oficina, y noté que él se había