Stiles Abrí mis ojos, el lugar olía a humedad y metal oxidado. La cabeza me duele, lo último que recuerdo es ver la molesta sonrisa de Reaken, ese maldito creí que había muerto hace años pero debí imaginarme que solo él sería capaz de juntar a su manda con wendigos, los tigres son demasiado orgullosos para juntarse con otras especies. Lleve mi mano hasta mi cabeza sintiendo un ligero dolor. Sangre. Maldito Reaken. Al parecer estoy dentro de alguna especie de habitación pequeña de metal, como una prisión, solo hay una pequeña ventana con barrotes que ilumina la habitación. La puerta frente a mí se abrí dejando ver a Theo junto a un wendigo, me dan asco esas criaturas. - Lamento el golpe pero no podías saber en dónde estamos - me dijo acercándose a mi Alce la