- Camila ¿Tienes esposo? - preguntó la terapeuta, mientras transmitía confianza hacia la mujer para que se sintiera bien consigo misma. Camila estaba recostada en la camilla, sobre su cuerpo, descansaba la muñeca. Observando los ojos de la terapeuta, mujer muy joven que lograba calma en sus pacientes. Belmha de veinticinco año, delgada, tez blanca, cabellos ondulados y castaños estaba sentada frente a ella, Camila respiró y respondió pensante. - No lo recuerdo. - negó con la mirada. - no recuerdo haberlo tenido. - El señor Ahmet, ¿Se te hace familiar? - Lo desconozco. Sólo se que es un buen hombre, lo he visto llorar y lamentarse. - ¿Qué sientes por él? - Calma, siento calma cuando me abraza. Belmha asintió y sonrió. Observó a su libreta y fue para la siguiente pregunta, era alg