A la tarde siguiente llegó Adam con varias cervezas y los elementos para preparar la comida. Lo acompañaba Evan y disponían del departamento para ellos, ya que, aunque fuese sábado, los dueños de aquel lugar se encontraban trabajando. Ambos comenzaron a ordenar, guardar y limpiar todo. A Evan le causaba gracia no encontrar ropa de la chica tirada por todos lados y una sonrisa de lado lo acompañaba mientras ordenaba las latas dentro de la heladera. - Sam no la deja - comentó Adam al ver cómo su amigo inspeccionaba el lugar -. La tiene muy controlada que no lo haga… Y que su habitación esté ordenada también, parece un papá con su hija - Sonrió. - Se llevan realmente bien - acotó el morocho mientras seguía guardando cervezas -. ¿Son amigos hace mucho? - Según tengo entendido que desde la s