Capítulo 7. Te amamos pequeña Ro.
En la suite nupcial se encuentra Valentino terminando la llamada con su asistente Antonio, al parecer su primo Vittorio también se encargó de ocultar toda la información sobre la mujer que estuvo con él anoche. Así que no le quedaba más remedio que pedirle a su asistente que vuelva a la capital, ahí tendría que poner a hombres para que vigilen a su primo y a su abuelo, no sabía de qué sería capaz cuando se enteren que Valentino se había casado.
Luego de colgar la llamada Valentino reviso la habitación que estaba a un lado del dormitorio, efectivamente como le indico su asistente ya estaba la ropa para que su esposa pueda utilizar mientras esté en su luna de miel, también había zapatos y bolsos al igual que algunos accesorios y cremas para su cuerpo, lo que no había considerado era la talla de su esposa, toda esta ropa estaba destinada a la chica con la que se casaría Natalia, y según podía ver los vestidos eran un poco más grandes considerando que Robín era una mujer pequeña, tomo su teléfono y arreglo todo para que alguien recoja la ropa que él ya había retirado del closet, solo dejo lo que pensó le quedaría bien a su esposa, cuando llamaron a la puerta, Valentino pidió que se lleven todo lo que había sacado y le envíen un guardarropa nuevo con una talla más pequeña, luego miro los zapatos que había tenido puestos Robín y también se lo entrego al encargado,
-- También quiero zapatos de esta misma talla para mi esposa--
-- Sí señor, en este momento le envió a su esposa todo lo que tenemos en la boutique del hotel con su talla, ustedes podrán escoger lo que gusten--
-- Perfecto-- le dice y cierra la puerta de la suite, sabe que Robín ha pasado por una situación difícil e inusual y que en cualquier momento terminara derrumbándose, así que sale de la habitación para dejarla sola, él quiere recorrer las instalaciones del hotel y realizar las reservaciones para esta y las próximas noches.
Robín paso tanto tiempo bajo el agua que cuando salió no solo el agua estaba helada, sino que la piel de sus dedos estaba tan arrugada que parecían de una viejecita, ella se cubrió con una de las batas que encontró, aunque intento coger la más pequeña igual le quedaba enorme, su cabello lo cubrió con una toalla más pequeña y salió para encontrarse con su esposo, ella sabía que el encuentro seria tarde o temprano ya que no podría permanecer más tiempo en el baño, pero le daba mucha vergüenza tener que salir vestida solo con una bata.
Cuando Robín salió del baño no encontró ni rastros de su esposo Valentino, pero sobre la cama había un hermoso vestido de color rosa, ella nunca espero que tan rápido pudieran encontrar ropa adecuada para ella, pero luego recordó que este viaje de luna de miel ya estaba programado para que Valentino lo haga con la chica que firmaría en contrato, pero en lugar de esa chica, era Robín quien había firmado y quien era la esposa oficial de ese hombre. Tomo el vestido y se lo coloco, era hermoso y le quedaba muy bien, también se encontró con un montón de cremas sobre el tocador frente a la cama, se sentó frente al espejo y comenzó a untar su rostro con algunas de las cremas que habían ahí, ella era tan joven y su rostro tenía una piel tan tersa y fresca como la de una niña, nunca utilizaba maquillaje así que su piel era muy sana, pero ella aprovecho cada crema que encontró en el lugar. También había varios perfumes, quiso olerlos todos para saber cuál le gustaría más, pero a los pocos minutos ya estaba mareada de tantos olores fuertes y la habitación olía como una tienda de perfumes, miro todos, pero al final escogió uno de los primeros que había probado, se echó un poco detrás de las orejas y un poco en las muñecas luego de terminar busco su bolso para abrir el sobre que le habían entregado temprano en el hotel, con todo lo que había pasado no recordaba el sobre.
Tomo su bolso y saco el sobre que había adentro, lo miro por algunos minutos y no tenía nombre de remitente, Robín pensó por un momento que quizá sea una carta de Marcus, quizá en ese sobre estaba la explicación de porqué no había asistido a la boda, con manos temblorosas abrió el sobre, pero lo que encontró adentro era algo que nunca espero encontrar. El sobre tenía mucho dinero, también había una carta y varias firmas dentro, Robín saco la carta y la abrió para leer el contenido,
*** Hermosa Robín, tus tíos y yo esperamos que este día sea tan maravilloso como siempre lo soñaste, sabemos que nuestra querida Nancy estaría muy orgullosa de ti, te has convertido en una hermosa mujer y estas a punto de emprender un largo viaje, un camino hacia tu felicidad en compañía de quien te hará la mujer más feliz de este mundo pequeña, por eso, nosotros los viejos queremos que te sientas confiada, segura y feliz. Este dinero te lo entregamos con todo nuestro corazón, para quien siempre vimos como nuestra hija y algunos como nuestra nieta, querida Robín guárdalo y úsalo cuando lo necesites, no debes depender del hombre que ahora es tu marido, estudia lo que más te gusta pequeña y crece, crece como mujer, como esposa y como madre que un día serás. Recuerda que siempre estarás en nuestros corazones y en este pueblo estará siempre tu familia cuando nos necesites.
Te amamos pequeña Ro***
La carta estaba firmada por todos los tíos que habían asistido a la iglesia, ellos habían decidido darle su regalo de bodas a su engreída Robín y no dejarlo en el colectivo que el novio había abierto en el banco, pensaron que era la mejor forma de ayudar en esta nueva vida en la que estaba empezando ella, y no se equivocaron pensaba Robín, si ese dinero hubiera estado en el banco, seria Marcus quien lo tendría en estos momentos, como todo el dinero de amigos y familiares de ellos que con buena intención entregaron a la nueva pareja de esposos.
Robín estaba muy emocionada después de leer la carta, miro el sobre con todo el dinero que tenía y quiso devolver cada centavo a sus dueños, ella no se había casado con Marcus, por lo tanto pensaba que este regalo debía ser devuelto, además estaba en contrato que había firmado con Valentino, ella recibiría veinte mil dólares mensuales por ser la esposa de él, y cuando el contrato culmine en dos años también obtendría una muy buena fortuna, así que conto todo lo que le habían entregado y lo volvió a meter en el sobre, habían catorce mil trescientos veinte dólares, en el pueblo donde vivía ese dinero sería suficiente para vivir más de un año, pero sabía que en la capital las cosas no eran igual, así que ella lo tomaría prestado por el momento, apenas reciba su primer p**o por ser la esposa de Valentino le enviaría a Jenny el mismo monto que le habían entregado, ella quería que cada tío sepa que estaba bien, que el hombre con el que se había casado le daba todo y que no era ni la sombra de lo que era su ex Marcus.
El sobre lo coloco en el mismo lugar donde coloco el vestido que se acababa de quitar, este vestido lo llevaría de regreso ya que junto con el vestido de novia era lo que le quedaba de su madre.
Valentino estaba terminando su recorrido por los distintos lugares que tenía el hotel cuando de pronto se encuentra con la boutique del mismo, según la indicación que dio, toda la ropa de la talla de su esposa debería estar ya en su suite, pero al mirar en la vitrina que estaba a la entrada vio a una maniquí con un conjunto de traje de baño de dos piezas de color blanco, este tenía bordados varios ojos de pavorreal, era realmente hermoso y traía como juego un vestido de color blanco con flores bordadas en diferentes tonos de color rosa suave y rosa más fuerte, la espalda del vestido estaba toda descubierta dando la impresión que el vestido estuviera desabrochado, como si un montón de pequeños botones perlados estuvieran sin abotonar, pero así era el modelo, Valentino que toda su vida vivió en el mundo de la moda por la empresa de su familia materna se quedó encantado con dicho vestido, él se imaginó a su esposa Robín paseando por la playa llevando ese vestido puesto, así que ingreso a la boutique y pidió a la vendedora que le envuelva el vestido que tenía puesta la muñeca en la vitrina de exhibición, él se llevaría ese vestido para que Robín lo utilice al día siguiente en la playa.
De regreso en la suite Valentino prefiere tocar la puerta para no molestar más a Robín, pero ella salió a pasear sola, después de guardar el sobre con el dinero y ver que había unos cuantos vestidos en el closet, pensó que Valentino ya se había encargado de todo y seguro querría su privacidad, por lo que se fue sola a dar una vuelta, así que luego de esperar unos minutos y ver que nadie le abría la puerta, coloco la tarjeta que tenía en su bolsillo, al entrar miro a su alrededor, pero su esposa no estaba por ningún lado.
Valentino estaba asomado en el balcón de la suite cuando una imagen en la playa llamo su atención, al mirar hacia abajo se encontró con su pequeña esposa paseando por la orilla del mar, al mirar sus manos se dio cuenta que llevaba los zapatos en ellas, por lo que al mirar sus pies pudo notar que Robín estaba descalza, desde la suite que se encontraba en el sexto piso la podía ver bien, su cabello ondeaba por el viento y ella corría cada vez que las olas del mar se acercaban a ella, era una escena encantadora para él, quien era un hombre de negocios que nunca tenía tiempo para perderlo en estas simplezas, pero ahora le gustaba lo que veía, tanto que le provocaba estar al lado de ella haciendo lo mismo.