Al regresar de la empresa, Olivia fue ha darse un baño. Para ser su primer día de trabajo como asistente le fue bien. Primer día y ya tenía un contrato millonario. Llegó hasta la sala donde empezó a revisar desde la galería las últimas fotos que había tomado en su último viaje. La luz y contraste iban muy bien en aquel majestuoso cuerpo desnudo que pidió la sección con Liv. De gran talla, ojos grises y de labios color cereza que no pararon de sonreírle. - ¿Qué tanto ves en el celular? – preguntó Andrea. Olivia apagó de inmediato el móvil. Ella tenía mucha cautela y privacidad con sus clientes, además de que esas fotos todavía no estaban listas para ser publicadas o exhibidas en una de las más grandes y prestigiadas revistas. - ¿Revisabas los recuerdos pastorales del rancho de donde