La practica con sable fue la primera clase del día. Eduardo siempre ha quedado campeón en esgrima que no le era difícil si quiera colocar su nombre. Que temblaran los otros niños.
- ¿Hay alguien realmente rival aquí? – cuestionó al derribar a su oponente.
Por órdenes y reglamentos todos ocupaban protección, los sables eran de goma para que no se lastimaran, y ocupaban algo del disfraz para diferenciarlos.
- Yo te reto. – la intervención de Olivia hizo que todos regresaran a mirarla.
Era una niña y apenas había entrado al campamento, las probabilidades de ganar eran u1 a 1000. Es desorienta que es difícil creer que sabe de esgrima.
- Otra persona, te lastimaría en el intento. - dijo Eduardo bufón.
- ¿A caso me tienes miedo?
- Por su puesto que no, pero yo respeto a las Damas, au
