Era la primera vez en varios meses que Madeline veía a Jensen en el restaurante de decanos. Estaba sola en una mesa cerca de un gran ventanal que mostraba las altas montañas verdes y el azul cielo.
Grecor acompañaba a Madeline, como era habitual.
—Mira, ahí está Jensen —avisó Madeline y desplegó una sonrisa de emoción—. Vamos a molestarla.
—¿Crees que sea prudente? Ella siempre parece estar de mal humor —advirtió Grecor.
Pero Madeline ya iba en rumbo hacia la mesa donde se encontraba la solitaria Jensen. Tomó lugar frente a su antigua amiga y dejó la bandeja de comida frente a sí misma, tomando los cubiertos para empezar a comer.
La siguió Grecor y mostró una sonrisa amable a Jensen cuando notó la mirada inquisitiva de la joven sobre él.
—Todos andan como locos hablando del asc
