Ulises. *
Me detuve de inmediato cayendo al suelo de golpe sintiendo un dolor horrible, uno que no es mío ... Maldita sea, tengo que llegar lo antes posible.
Me levanté de inmediato sin importar el hecho de que duele bastante, tengo que hacer lo posible para estar ahí, mi hijo y Ángel me necesitan.
Continúe corriendo, quizás por horas, no sé, solo que logré ver la entrada de la manada, apresure a llegar y quedé en la entrada, estar cerca de paré y regrese a mi forma humana, tomé la ropa que traía en la mochila que cargaba en mi osico y me apresure a llegar a la entrada.
Los guaridas de Erik al verme se quedarían rígidos y cuando menos lo pensé estaban arrodillados frente a mí.
- Le pedimos piedad. - Dijeron los dos al mismo tiempo.
Apreté la mandíbula y los empuje dejándome entrar,
