Llegué a la oficina una hora tarde, Oliver me dijo que no debía preocuparme porque él era el jefe y estaba conmigo. Quiso que llegáramos juntos a la empresa, le dije que era una mala idea, pero en su caso lo vio como algo atrevido que estaba deseoso hacer. Las miradas de las personas por los pasillos y en el ascensor fue más que evidente. De hecho, cuando llegué a la oficina Alexa me observó con gran impresión que no pudo disimular. —Alexa, ¿ya tienes la investigación de mercado que te pedí? —le pregunté. El día anterior la puse a hacer una búsqueda de mercado en productos de belleza para nuestro plan de marketing para una marca. Ella debía entregármelo a primera hora, era el primer trabajo que decidí entregarle desde que me volví su jefa, era algo sencillo de hacer, sin embargo, con