Todos en la empresa saben que la esposa del presidente Bosson le es infiel, pero nadie dice nada, obviamente, es un secreto a voces. Ella le es infiel desde mucho antes que se casaran y él parece estar en negación y así decidió llevarla al altar, negándose a aceptarlo.
Diez años de noviazgo y cinco años de matrimonio. Rumoran que le ha sido infiel con diez amantes oficiales en todo ese tiempo, otros dicen que son más.
Pero el presidente por fin ha aceptado que su matrimonio es un desastre y está dispuesto a vengarse.
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—Sé mi amante —me dijo por fin.
—¿Disculpe? —pregunté, había escuchado perfectamente, pero necesitaba tiempo para procesarlo.
—Sé mi amante por el tiempo que yo lo necesite —explicó—, a cambio te daré el puesto de directora de marketing.
Y mientras estaba frente a él en su gran oficina, entendí que quería que yo fuera una pieza en su juego de ajedrez. Pero yo era un peón, no sería la reina y mucho menos su caballo. Mi papel consistiría en una simple pieza que podría reemplazar con facilidad.
Mi enamoramiento por el presidente Bosson era tan evidente, estaba segura de que él lo notaba, así como todos en la empresa, por eso fui un objetivo fácil de incluir en su venganza con simplemente proponer una propuesta indecente frente a la mesa.
Y no seré tan tonta para no aceptarla, porque yo también quiero vengarme de Eloísa, su esposa. Y si en el camino podré obtener al presidente Bosson, será un premio que disfrutaré mucho.
—¿Fingiré ser su amante o será de verdad? —pregunté.
—No te obligaré a hacer nada que no quieras —informó.
En la empresa se correrá la voz de que yo, Emma, me convertí en directora de marketing gracias a que soy la amante del presidente. Y no impediré que se sepa, porque quiero que llegue a los oídos de Eloísa. Y en el camino derrumbaré a su amiga también, quitándola del cargo que tanto se jacta de tener, así que será doble ganancia.
Sin duda alguna, esta será una venganza doble, una muy seductora venganza.