9 de enero de 2003 Emma se encontraba nerviosa cuando llegó a la casa de Luke. Nuevamente estaba en la casilla de inicio. No sabía lo que se iba a encontrar cuando entrara por aquella puerta. Bien, podría encontrarse a un Luke serio o a un Luke feliz de verla. Ella deseaba que fuera lo segundo. Lo había extrañado mucho los últimos días y tampoco había podido dormir, pensando, atormentada, en este día. Las palabras de Keith vinieron a su cabeza. Antes de regresar a casa, le prometió que Luke estaría bien y que, cuando volvieran a encontrarse, las cosas mejorarían. Ahora solo faltaba el siguiente paso. Levantó la mano, dudando sobre qué hacer. ¿Debería tocar la puerta? La volvió a bajar. ¿Y si le decía que ya no la necesitaba? En medio de una tormenta de pensamientos, la puerta se abrió