Lexia. – Amor. – escucho la voz de mi beta. – Mi delta, debes despertar ya. Gruño enojada tapándome de nuevo con la sabana para dormir unos minutos más, cuando creo que ya logré mi cometido, siento unos labios dejar besos por hombro y van subiendo hasta mi cuello. – Mmm. – gruño, pero me sale más como un gemido amortiguado. – Lexia, mi delta, ya es tarde y debes comer algo. – suspiro y abro los ojos. Mi novio me regala una sonrisa, está sentado en la cama mientras yo lo veo desde mi posición, (acostada boca abajo), siento su mano bajar por mi espada y elevo una ceja mirándolo intensamente. – ¿Qué hora son? – pregunto incorporándome despacio. Me tapo con la sabana pues no tengo puesto ni siquiera la ropa interior, Luka se estira un poco y me alcanza mi te