—Oh, cariño, ¿y qué vas a hacer? —indaga con atisbo de inquietud—. ¿Para eso me has pedido vernos? ¿Quieres que rompa mi compromiso? Sería muy difícil, pero podría hacerlo, yo puedo casarme… Alessandro la interrumpe de golpe: —Serena, no podemos seguir haciendo esto, necesito que dejes de buscarme —dice él—. Te vas a casar, entre los dos no hay nada desde que decidiste aceptar el compromiso. —Oh, Alessandro, no quiero que volvamos a la misma conversación —refunfuña y peina su lacio y sedoso cabello con una mano—. Fue por mi familia, pero es nada más una fachada. Sabes que es un tema difícil. Pero yo lo voy a dejar, al único al que amo es a ti. —Intenta tomarlo de las manos, pero él se lo impide. —Pues cometerás un error si no te casas con él —suelta Alessandro y su mirada se empie