Me encontraba en la soledad de mi despacho, pensando… dándole vueltas al asunto que debo de resolver pronto. Me temo que tendré que viajar a Italia este fin de semana, ya que lo que necesito solo se puede encontrar en ese lugar.
Tengo que darle casería a Yannick Albir y al estúpido de Emanuel Hernández, ninguno de los dos debe respirar más oxigeno del que les he permitido hasta estos momentos.
-Dale casería a Yannick Albir.- le ordene a Albert cuando entro al despacho.
-Yannick es m*****o de los Cinco.- tomo asiento.- ¿Qué hizo?
-Respirar por demasiado tiempo.
-¿Ya le informaste a Christian?
-No.- me puse de pie.- Absorberás su posición en la Secta.
-¿Qué?.- dijo asombrado.- Ni siquiera tengo la cuarta parte de tus millones.
-Eso no me importa. Es demasiado importante que personas
