18 Addy golpeó su rodilla desnuda contra la mesita, pero apretó los dientes y comenzó a limpiar con furia la superficie. No hay forma de que lo deje afectarme, pensó ella. “¿Estás bien?” preguntó Jack. Él estaba echado en el sofá viendo el partido de los Patriots en su laptop. Ella se rehusó a responder – o darle la satisfacción de tocarse la rodilla. En vez de eso, ella se puso en cuatro y recogió una Red Bull vacía que había visto esa mañana debajo del sofá. Los hombres son unos cerdos, pensó ella. Jack estaba comiendo unas nueces mientras ella se movía hacia el mostrador que separaba la sala y la cocina. Ella limpió el mostrador blanco y n***o con agresividad. Algunas de las cosas pegadas eran imposibles de limpiar. ¿Qué demonios es esto? Se preguntó ella. Addy pensó que despué