ALEXIS GALLAGHER Cuando vi esa mano delicada golpear tan fuerte en la cara de Collins, casi haciéndolo caer al suelo, mis ojos se abrieron de par en par y una sonrisa brotó en mis labios al mismo tiempo que Claire me pidió, o mejor dicho, me ordenó que la llevara a casa. Simplemente obedecí su orden en ese momento, porque, aunque había venido con la intención de ayudar, Claire había sido la persona que había lidiado con todo eso, que prácticamente le había dado una patada en el trasero a Collins sin mucho esfuerzo. Pero claro, tan pronto como se sentó en el auto en el asiento del pasajero, la vi suspirar, masajeándose las sienes como si estuviera completamente exhausta de todo eso, harta de tener que terminar todo con ese idiota, más de una vez a la semana, debido a su falta de habilida