ALEXIS GALLAGHER Seguí conversando con el padre de Claire después de ese incidente, del cual ella simplemente huyó de mí y se fue a su propia habitación, y aunque estaba logrando continuar e incluso ser coherente en ese diálogo, mi mente no se apartaba de las expresiones de Claire LeBlanc. Esa cara sonrojada me obligaba a contener mi sonrisa, y la sorpresa en sus ojos cuando me vio, fue algo impagable, junto con, por supuesto, la reacción que tuvo al descubrir que viviría aquí temporalmente. Mi vida ahora parecía estar tomando más color. — Bueno, creo que estás cansado de mirar todos estos informes y también de escucharme hablar durante horas —me dijo el señor LeBlanc con un buen humor envidiable, y uno que realmente quería preguntar cómo conseguía adquirir—, ven, te mostraré tu habitaci