POV. HEATHER. Rebotaba nerviosamente la pierna arriba y abajo, con los brazos cruzados frente al pecho mientras miraba nerviosamente por la ventana del restaurante. ¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo soy yo quien tiene que rogarle a Viva cuando Dave metió la pata tan mal? Los recuerdos de la llamada telefónica de ayer hicieron que mi rostro se frunciera en una mueca mientras miraba hacia abajo mis uñas pintadas descascaradas. Ya ni siquiera me podía permitir un maldito manicure. —Dave, ¿qué está pasando? ¡No puedo acceder a las cuentas, la policía ha registrado la casa y nadie me está diciendo nada! —Grité por teléfono, sin dejar que él hablara cuando vi aparecer el número. —Heather, cállate un maldito segundo, Jesucristo —dijo con exasperación antes de soltar un suspiro mientras yo comenz
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books