Capítulo 1. Reencuentro
Narra Lesedi
Vuelvo a casa después de cuatro años regreso a casa, no sé si vaya a ser de manera temporal o no, todavía mi padre está en condiciones de ejercer de Alfa. He terminado la carrera y además de eso soy el padrino de Shirhan.
Que extraño que mi hermano menor se case antes que yo, bueno es menor pero solo unos meses. Nunca pensé que el e Isabel que jugaban a ser novios cuando éramos pequeños resultarán ser mates.
Vaya que casualidad... Siempre que regreso a casa no puedo evitar sentir cierta melancolía. Bueno no es momento de pensar en ello.
Empacó las últimas cosas, en unas horas vendrá el camión de la mudanza, bajo las escaleras, salgo a la calle y me subo a mi moto.
No hay sensación mejor en el mundo que sentir el aire sobre mi cara. El paisaje la tranquilad no tiene precio.
El pueblo está abarrotado creo que de esto tiene bastante culpa el abuelo y mi padre, deben de haber invitado a todo el país.
Aparco mi moto en la entrada, está todo tranquilo igual están en casa de los abuelos. Aún así decido pasar. Mis sospechas no son infundadas no hay nadie. La casa está igual que siempre, nada a cambiado.
Me doy una ducha y cambio mi ropa, mi móvil suena. Lo miro y veo que es mamá, no puedo evitar sonreír. Ella nunca va a cambiar es como una mamá gallina, siempre protegiendo a sus pollitos y escondiendolos debajo del ala.
- Hola Mamá...
- Lesedi mi amor, aún no regresas?
- Si, mamá viene a casa y no había nadie, así que decidí tomar una ducha y cambiar mi ropa.
- Ven a casa de tus abuelos, todos te están esperando, vamos no me hagas ir a buscarte!
- Si, mamá ya voy. Le digo y cuelgo la llamada.
Tengo veintidós años y todavía me asusta, que clase de Alfa voy a ser teniendo miedo de mi madre. Pero claro es que ella no es cualquier madre.
En menos de cinco minutos me hayo ante la puerta de la casa de mis abuelos, que extraño que Owen no esté rodeando el perímetro, bueno quizás se ha relajado con los años. Comienzo a caminar hacia la entrada entre los árboles veo escondido al guardia, lleva puesta su ropa de camuflaje y observa todo con unos pequeños prismáticos negros, definitivamente no ha cambiado! una pequeña risa se escapa de mi boca.
- Lesedi mi amor, te he echado tanto de menos. Dice Mama abrazándome.
- Mamá nos vimos en Navidad, no hace tanto tiempo. Le digo restandole importancia. Ella frunce su ceño, hago lo único que se que va hacerla olvidar su enfado, me acerco más a ella, la abrazo y le digo:
- Mamá, sabes que te amo? Ella sonríe, ya está olvidada su pequeña rabieta.
Saludo a papá, a los abuelos, mi pequeña Alika, está hecha toda un mujer y además una muy bella como algún tipo de los que hay aquí se acerque a ella estoy seguro que lo capo!
- Lesedi, pensaba que no ibas a venir ? Dice mi hermano abrazándome.
- Sirhan no me perdería tu boda por nada del mundo. Quiero ver cómo sufres. Jajajaja
Papá nos llama a todos, han venido los Alfas del sur con sus hijos, recuerdo que la Luna era muy amiga de mi mamá, creo que tenían dos hijos. Hace tanto tiempo que no los veo que apenas si los recuerdo.
A cada paso que doy algo se remueve en mi interior, un aroma a hierbabuena envuelve mis sentidos, eso quiere decir que mi mate está aquí, pero donde? Avanzo cada vez más rápido. Al fin la veo es una castaña de ojos claros y cuerpo de diosa. Mi lobo quiere saltar sobre ella y hacerla suya...
Ella me mira sorprendida y confunsa, cuando estoy tan cerca que hasta la puedo tocar mi madre se acerca y me dice.
- Lesedi, recuerdas a Amalia?
Entonces ella.. ella era la niña con la que jugaba a ser novios. Ahora la recuerdo. Pero que le pasa debería estar feliz como yo, mi lobo se remueve en mi interior. En cambio ella está ausente, incluso parece hasta triste.
Un niña pequeña llega a su lado, coge su mano y la llama "mamá".
Algo en mi interior parece romperse, busco por todos lados, no parece que nadie venga con ella, no tiene anillo de casada.
Aún así eso no quiere decir que no tenga pareja, si la tiene todo habrá acabado para mi. La comida pasa muy lenta, necesito estar con ella un rato a solas no me puedo quedar así. Tengo ganas de saltar sobre ella, pero no! Tengo que contenerme.
Al fin, todos se van, cojo a Amalia de un brazo y la atraigo hacia mi. Veo como está nerviosa, su corazón se acelera, hundo mi cabeza en su cuello disfrutando de ese aroma que me embriaga.
- Amalia, no sabes el tiempo que llevo esperandote, si tan solo hubiera sabido que eras tú...
- Yo.. yo .. lo siento Lesedi. No dejo que Amalia continúe, de un movimiento rápido mis labios están devorando los suyos. No rechaza mi beso aún puedo mantener la esperanza. Ese beso me vuelve loco, me enciende, nunca antes había sentido tanto con tan poco.
- No, no puedo.. lo siento Lesedi. Dice Amalia apunto del llanto.
- Hay otro hombre verdad? Le digo apenado.
- No, no es eso.. dice ella con la cabeza agachada.
- Es por la bebé de antes, no me importa que tengas una hija. Yo las puedo cuidar a las dos. Le digo muy convencido.
- No es tan simple... dice ella.
- Amalia, cualquier cosa que te preocupe o te aflija, puede cambiar. Yo te ayudaré, no te dejare sola, bueno no las dejaré solas...
- Anais, no es una simple niña, es hija de un vampiro... Dice ella soltando un suspiro.
No tengo tiempo de hablar, su padre llega a la habitación me mira de arriba abajo y le pide a Amalia que lo acompañe.
- Mierda, y tres veces mierda. Digo enfadado.
Salgo del comedor en busca de los demás, están reunidos en el jardín, puedo ver a Amalia con Anais en brazos, ese es el nombre de la bebé. nadie parece haberse dado cuenta de nada, bueno su padre creo que sospecha algo, a estás alturas me da igual
Si piensa que me voy a rendir tan fácil. Ella está bien equivocada, el juego no ha hecho nada más que empezar...